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El hermanamiento entre Victoria y Rosario, construido a pico y pala

La imagen, tomada a comienzos del siglo pasado,  registra la primera travesía entre Victoria y Rosario, a través del canal Piaggio.

 A fines del siglo XIX, el Subprefecto Ángel Piaggio planteó la posibilidad de construir un canal que permitiera mejoras en la comunicación por vía fluvial entre ambas ciudades. Su propuesta se materializó en la excavación de un canal. La obra se hizo en la primera década del siglo XX y lleva su nombre.

Rubén Bourlot
Especial para EL DIARIO

A fines del siglo XIX el subprefecto Piaggio tenía un sueño. Construir un surco de agua para sembrar lazos de amistad entre dos ciudades. La historia de su concreción se puede repasar con los testimonios que ofrecen la oralidad de memoriosos, la crónica periodística, algún que otro documento y las imágenes sepia que los exploradores de imágenes congelaron en el celuloide con las primitivas Kodak de cajón.


El 12 de enero de 1904 una cuadrilla de cincuenta hombres, contratados por la empresa ganadora de la licitación, comenzó las excavaciones del denominado canal Piaggio que uniría, por vía fluvial, las ciudades de Victoria y Rosario. Este hecho era la culminación de la lucha y los desvelos que el subprefecto Ángel R. Piaggio había iniciado un lustro antes.


En 1898 Piaggio, a cargo del puerto de Victoria, con su experiencia en materia fluvial concluyó que era posible la canalización de esa zona del Delta para acortar el vínculo de la `Ciudad de las colinas´ con la vecina Rosario. Para ello era necesario redireccionar el curso de los numerosos arroyos y riachos practicando cortes en las islas que los separaban. Con ese objetivo elaboró un mapa de la región y la posible traza del canal que elevó a las autoridades de la Prefectura General de Puertos para solicitar la autorización que le permitiera realizar la canalización, con los marineros de la repartición, “cavando a punta de pala”, advertía.


Concedido el permiso, el 24 de noviembre de 1898 se iniciaron los primeros trabajos de lo que sería el canal luego conocido por el apellido del subprefecto. Se realizó la apertura de un paso rudimentario por el cauce del arroyo Campana uniendo así las aguas del Barrancoso con las del Timbó Blanco por donde podía navegar la lancha de la repartición y los botes de los isleros. Los vecinos y comerciantes de Victoria y Rosario habían aportado los recursos económicos para facilitar los trabajos.
Ángel R. Piaggio era nativo de Victoria. Hijo de Francisco Piaggio y de Luisa Demarchi, nació en 1868 y falleció en 1954. Perteneció a la primera generación de inmigrantes que hicieron grandes obras en la ciudad. Ocupó diversos cargos públicos. Fue Subprefecto de Victoria en 1898, Jefe de Policía, Diputado y Senador en la Legislatura de Entre Ríos por varios períodos.

LA INSPIRACIÓN DE PIAGGIO

Una crónica -accesible en https://victoriatuciudad.es.tl/El-canal-de-Piaggio-.htm- informa que la idea se le despertó en la Semana Santa de 1898 cuando que recorría las islas y riachos de su jurisdicción con la lancha de la Subprefectura del Puerto de Victoria. Al llegar al arroyo Timbó Blanco casi a su desembocadura en el Paranacito divisaron otra lancha a vapor, la “Fly Fly”, tripulada por unos cuantos jóvenes de Rosario que se dirigían a Victoria con el objeto de pasar las fiestas de Pascuas. Llevaba a su bordo, como práctico, a un viejo morador de las islas quién, tomando en cuenta la pequeñez de la embarcación, recomendó a los excursionistas arrastrar la embarcación a un punto por el cual los isleros sabían arrastrar siempre sus botes y canoas. El sitio era conocido como “arrastradero del Campana” que les facilitaba conectarse con el Timbó Blanco y evitar una vuelta de varios kilómetros si seguían el curso de los arroyos.


Luego de esta observación concluyó que era posible convertir ese “arrastradero” en un canal y hacer lo propio con las otras islas que facilitara la navegación, entre Rosario y Victoria, a los pequeños buques, que hasta ese momento debían dar un rodeo por los riachos San Lorenzo y Victoria.
Previo estudio con más detalles a partir de los datos que le fueron aportando por los isleros  banquianos, conocedores de los meandros de la zona, confeccionó un pequeño mapa de la región con todos los riachos, arroyos, islas y lagunas, indicando el punto preciso del arrastradero que podía transformarse en canal, y lo remitió a la Prefectura General Puertos con el objeto de solicitar autorización para hacer una canalización. El proyecto consistía en llevar a cabo una obra rudimentaria, con los marineros de su repartición y las pocas herramientas que disponían: palas y picos.


El permiso le fue concedido, y después de un último viaje al punto determinado, que efectuó acompañado de algunos técnicos y varios amigos, en el cual todos reconocieron la posibilidad de abrir un pequeño paso para la lancha de la repartición y para los botes y canoas de los isleros. Esta crónica afirma que la obra se inició en la isla Del Pillo, con los trabajadores atados con cadenas y sogas y cavando a pico y pala el cauce de un arroyo, en aquel noviembre de 1898 y culminaron los primeros días del año 1899.
Con la idea de continuar con la obra del canal se integró en Victoria una comisión encargada de reunir fondos y llevar la iniciativa a Rosario. El 13 de enero de 1901, el subprefecto Piaggio y otros miembros de la Comisión se trasladaron a la ciudad santafesina a fin de explicar, en la Bolsa de Comercio, las ventajas que representa la obra, ofreciendo concretarla por intermedio de la iniciativa privada. La propuesta fue bien recibida por los comerciantes de Rosario, que en sólo tres días recolectaron la suma de 10.000 pesos. A su vez, en las ciudades de Victoria y Nogoyá, se llegó a la suma de 5.000 pesos.
Fue necesario dar al canal una profundidad de 6 metros, ensancharlo hasta 10 metros y limpiar los fondo.


Construido el canal, el gobierno de la Nación envió al Ing. Edmundo Soulages a fin de verificar la importancia del mismo y su utilidad. Soulages dio su aprobación a la obra, aconsejando “el dragado y el mantenimiento de la vía recién abierta”. Pero no avanzaron mucho más. El rudimentario paso pronto fue abandonado.

EL NUEVO COMIENZO

El 12 de enero de 1904 una cuadrilla de 50 hombres comenzó las excavaciones del nuevo canal, al Norte del primitivo canal, y en 1905 la empresa Ackermanns y Van Haaren inició el dragado, removiéndose 200.000 metros cúbicos en tres años que duró el trabajo, todo lo que permitió que a mediados de 1907 quedara definitivamente librado al servicio público. En total emplearon unos doscientos obreros en los trabajos.
En 1934 se habilitó un servicio de balsas entre los puertos de Victoria y San Martín. En 1936 comenzó a circular el servicio de balsas automóviles entre Victoria y Rosario. Sin embargo la regularidad del servicio estaba muy condicionada por el mantenimiento del calado del río.


A la idea del canal se sumó años después la posibilidad de construir un puente, o un complejo vial dada la complicada topografía de la zona. En 1954, en el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, se suscribió un convenio entre la Nación y las Provincias para construir un camino y puente mixto entre Rosario y Victoria, pero tras la Revolución Libertadora no se pudo concretar.


Recién en 1999 se inició la construcción del enlace físico que concluyó en 2003. El puente recibió el nombre de Nuestra Señora del Rosario pero hubo varias iniciativas de carácter municipal y provincial para solicitar hacer justicia al batallador Ángel Piaggio y ponerle su nombre a la conexión vial.

Para seguir leyendo

El canal Piaggio, en https://victoriatuciudad.es.tl/El-canal-de-Piaggio-.htm

Diario El Entre Ríos de Paraná, ediciones del 13 y 15 de enero de 1904. Disponibles en la hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.

Más sobre Entre Ríos en https://historiasdelasolapa.blogspot.com/

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