domingo , 28 abril 2024
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La chamarrita: sentir litoraleño en alas del canto paranasero

Lunita para Antonia, chamarrita premiada en Santa Elena fue escrita para la más pequeña de las nietas del autor (centro) e interpretada por Maria Silva, Pico Rubio y Luis Farías.

El 5 y 6 de enero, en la Fiesta Provincial de la Chamarrita, en Santa Elena, un grupo de artistas paranaenses ganó el primer premio de composición inédita. Fue con Lunita para Antonia, de Antonio `Toyi´ Bouzada. En una entrevista con EL DIARIO, el abogado y empresario charló sobre su faceta como autor de temas que son una contribución a un cancionero litoraleño vivo y en crecimiento.

Carlos Marin
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El fin de semana pasado, Santa Elena convocó a miles de personas en la Fiesta Provincial de la Chamarrita. Se trata de una de las iniciativas históricas del calendario de encuentros populares en la provincia. Este año, la 46ª edición, se realizó los días 5 y 6 de enero en el Anfiteatro Municipal Padre Fidel Alberto Olivera de esa localidad.


Cada comienzo de año, sobre el escenario mayor Agüicho Franco, la fiesta consagra a compositores en el certamen de la chamarrita inédita que se realiza en dos categorías: tradicional y libre.
En esta última edición del certamen, el 18º, resultó premiada como chamarrita tradicional el tema Lunita para Antonia, compuesta por el paranaense Antonio Bouzada, y que fue interpretada por María Silva (voz), Luis Farías (acordeón) y Hernando Pico Rubio (guitarra). En la categoría Libre, el premio fue para Gustavo Machado.
Para Bouzada, el reconocimiento confirma el rumbo que decidió dar a su vida hace algunos años, ya que también obtuvo el primer lugar en el mismo certamen, en 2022.


Caso atípico de un abogado y empresario reconocido, `Toyi´, como se lo conoce entre las personas allegadas, tomó en 2017 una determinación medular: dedicarse a la actividad creativa. En esa senda lo encuentra 2024, con una agenda que el martes lo hizo estar pendiente de las alternativas del Pre Cosquín, ya que Mujer Islera, un tema de su autoría había sido seleccionado en la sede Esperanza (Santa Fe) para competir en la final de ese certamen. Fue la segunda vez que el paranaense llegaba a esa instancia con un tema escrito por él.
“Sin duda que me alegra y es una gratificación para mí ser reconocido en estos dos espacios, que son referencia en el panorama del folklore y la música popular”,  expresó el autor a EL DIARIO.


Antes, el 13 de enero, hace un año, recibía el primer premio en el concurso de canción inédita del Festival del Pescador en Santa Fe.
La cosecha de reconocimientos se proyecta también al extranjero, ya que a fines de marzo pasado, Bouzada fue finalista en el 45º Festival de la canción Latinoamericana en California. En esa convocatoria obtuvo Disco de platino, por su tema Zamba nocturna. La versión fue interpretada por María Silva (voz), acompañada por Luis Miguel Farias (acordeón);  Juanjo Cáceres y Hernando Pico Rubio (guitarra) y Andrés Meyer (violín)


El grupo de músicos es parte de un equipo que lo secunda, que arregla e interpreta sus composiciones y que integran -o lo han hecho en algún momento- Electra Barbagelata, Fernanda Roselli, Valentina Rodríguez, Cristian Vivanco, Juli Ramos, Federico Sgarbanti, Luis Barbiero y Gustavo Pérez en bajo.

GOLPE DE TIMÓN

Fue hace algo más de cinco años cuando, “por distintas cuestiones comprendí que ya no iba a jubilarme, e hice un replanteo de mi vida”, admite Bouzada. En ese moento decidió dar un golpe de timón y acercarse decididamente al universo de la creación, particularmente de la música, a la que conocía desde su juventud.
Fue cuando tenía 18 años que la guitarra se incorporó a su vida. Como tantos jóvenes de entonces “en las peñas de aquellos años aprendí y comencé a tocar de oído, sobre todo para vincularme con la chicas”, dice hoy a EL DIARIO, mientras se ríe del recuerdo. Desde aquel momento la música y el canto se incorporaron también a su esfera de inquietudes. Tanto como la composición.


“Siempre me atrajo la posibilidad de escribir música”, aclara este cantautor que tras los intentos iniciales y una primera etapa, encontró en la composición de canciones –que escribía para sus hijos por entonces pequeños- una vía para canalizar su creatividad artística. Así nacieron sus primeras piezas infantiles. “Soy intuitivo, todos los dias me surgen líneas melódicas que tarareo, silbo. Así establezco patrones sobre los cuales trabajo y que en primera instancia grabo con mi teléfono celular. Así trabajo y la verdad, a veces funciona y otras no”, acepta.
De ese modo, con el paso del tiempo, ha sumado a a lista temas escritos en ritmos de distintas regiones del país. Muy especialmente chamamés y música del litoral. “Soy amante del río y de esta geografía magnífica que nos rodea, tan generosa que nos inspira”, asegura Bouzada que desde hace algunos años decidió que compartiría con el público el resultado de un proceso creativo que comenzó hace tiempo.


“Fui abogado”, asume. “Hoy mi principal actividad es ser empresario, soy propietario del laboratorio Eriochem”, añade. Y enseguida agrega: “se da la rara situación de que también me dedico a componer. Pero no soy el único en el rubro que hace algo ligado a la creación artística”. Y cuenta que “Gustavo Grobocopatel, un importantísimo empresario de nuestro país se dedica a la lírica, y llegado a la madurez de su carrera profesional, dio un golpe de timón a su vida y se dedicó a cantar”.
Toyi ha escrito una cantidad significativa de canciones. Y admite: “me gusta presentarme en concursos. He participado en muchísimos. En algunos he tenido suerte porque he recibido premios”. Entre sus logros se encuentra haber sido reconocido en la Fundación del Chamamé, en Corrientes, donde en 2022 obtuvo el segundo premio en el certamen organizado por la entidad.
Y al justificar esta lógica de confrontar en certámenes argumenta: “trato de hacer las cosas bien y de calidad; pero no solo yo debo pensar que lo que hago está bien. Tiene que decirlo alguien imparcial. Y esa posibilidad la brinda el intervenir en los concursos.”


Paulatinamente, con el transcurso de los años, ha incursionado en la composición de un cancionero amplio, en el cual, confía, hay jazz, blues, pero sobre todo mucho folklore latinoamericano. “Soy amante de todo tipo de musica; amo profundamente el tango, el jazz y sobre todo el folklore de nuestro país y latinoamérica”. Esa predilección se ha traducido en la creación de temas con ritmo de bachata, bolero, también música latina, swing, y blues.
Pero la mayor parte de su trabajo está conformado por piezas folklóricas “sobre todo litoraleñas: chamamé canción, rasguido doble, chamarrita y algún valseado y zambas”.


En esa panoplia de canciones se inscribe Lunita para Antonia, premiada hace pocos días en Santa Elena. “Es una chamarrita que escribí para la más pequeña de mis nietas que no tiene un año todavía. A todos mis nietos les he hecho una canción así que le debía una a Antonia y así fue que escribí esta que ha sido reconocida”.

SIN AFÁN DE LUCRO

“A mi la música me transporta”, afirma Toyi. Y desliza: “como empresario soy parte de un mundo rígido, árido, en ésta Argentina en la cual ser empresario se hace realmente difícil”. En ese contexto “tengo mi vida real en la música, que es la que me gratifica enormemente”.


Hoy, componer “es importantísimo en mi existencia”. Y remarca que no se trata de obtener réditos económicos. “Para mí, en ese sentido, esta actividad no tiene impacto alguno, no pretendo ganar con esto. Es más, para mí la música implica gastar plata, no ganarla. Y lo hago”, subraya entre risas.
Hay que tomar en cuenta, que si bien lo hace “por placer”, también “hay mucho esfuerzo junto con el equipo artístico con el cual trabajo”. Ello implica, entre otros rubros, ensayos remunerados para los músicos que intervienen, y producir y sostener la logística necesaria para generar los contenidos que contiene su canal en YouTube (Toyi.folklore), que alimenta con los videos y trabajos de grabación.


Es necesario entonces tener a la mano recursos económicos para sostenerse y afrontar cada proyecto ya que “luego de crear un tema, hay que prepararse, con ensayos que pago, algo raro para la zona, y honorarios para los músicos”. En este contexto llevar un tema al video y registrarlo en un estudio de grabación, puede insumir actualmente alrededor de 250 mil pesos”.
Bouzada no considera que lo suyo sea mecenazgo, “porque en ese caso se aporta y no se recibe nada a cambio. En cambio yo recibo algo gratificante para mí: poder dar a conocer mi perfil artístico a la gente. A la vez esta actividad es un medio para hacer conocer mi aporte a la música litoraleña”


De todos modos, insiste, no es el lucro lo que lo moviliza a crear. Hay otra razón, y es profunda: “La verdad es que me interesa tener en actividad los dos hemisferios del cerebro, tanto el izquierdo, que es más lógico, como el otro, el derecho, que es el más ligado a lo creativo. La rareza es lograr que todavía me funcionen los dos juntos”, dice Toyi, y se ríe divertido con su ocurrencia.
“Por más que uno sea amante del arte, si no crea, ambos hemisferios no están en funcionamiento pleno”, repite. Y vuelve a sonreír.

“A mi la música me transporta”, afirma Toyi Bouzada. En un contexto complejo del país, sostiene: “tengo mi vida real en la música, que es la que me gratifica enormemente”.

Los sonidos del agua

Los sonidos del agua -espectáculo que el empresario ha concebido y que tiene como línea conductora que está integrado con canciones de su autoría-, se presenta gratuitamente, a beneficio de entidades de ayuda solidaria.
“Son entre 10 y 18 temas que he escrito y seleccionado y presento con el grupo de artistas que me acompaña. El recital que brindamos no implica costo para quien organiza, no cobro cachet. Lo único que solicitamos es que nos brinden un salón, sonido y luces. Lo que se recauda se destina totalmente a la entidad de beneficencia que organiza”, remarca el empresario que en Paraná ha concretado varios shows a beneficio de Fundación crisálida, entidad de oncología y cuidados paliativos para niños y adolescentes con sede en Paraná.


“Me gratifica que se beneficie alguien que lo merece”, reitera. Y precisa que en 2023 concretó 22 presentaciones de Los sonidos del agua en distintos puntos de la provincia. En ese sentido, acota, “tengo la suerte de haber sido prolífico, he compuesto bastantes canciones y por eso tengo a los músicos que me acompañan ocupados buena parte del año. Cuando no hay conciertos, aprovechamos para grabar. Por eso siempre estamos en actividad”.
En los espectáculos, el rol de Antonio Bouzada -además de ser el autor de todos los temas- se limita a recitar y presentar. “Para qué arruinar la belleza de lo que uno hace tratando de intervenir en la interpretación, cuando la interpretación la hace un grupo de artistas que son talentosos y se destaca cada uno en lo suyo”

Cantar para vivir

“En lo personal te puedo decir que para mí es una alegría muy grande haber logrado este reconocimiento”. La voz de María Silva suena exultante luego de un período con complicaciones en su salud. La cantante paranaense puso su talento a la versión premiada en Santa Elena de Lunita para Antonia. “Fue muy lindo encontrarme con gente conocida, y con otras miles de persona que me expresaron su cariño”, agregó la cantante. El estímulo la impulsó a seguir con lo que, dice, es su “misión” en esta vida: cantar para alegrar la vida de quienes la escuchan. Es que, confió a EL DIARIO, una delicada situación en su salud, la llevó hace unos meses atrás a considerar “la posibilidad de dejar de cantar, qué sé yo, por lo menos aplazar un poco las cosas”.


Pero ahora, luego del reconocimiento y de la ovación que le brindó el público en la Fiesta Provincial de la chamarrita, “estoy convencida que para lo que he sido puesta aquí en la tierra, es para cantar.”
Para la artista “más allá que la chamarrita de Toyi (Bouzada) que presentamos fue ganadora, me di cuenta que cantar, comunicarme con la gente, encontrarme con amigos, es lo importante en mi vida”. 

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