lunes , 6 mayo 2024
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Consideran que siguen siendo pocos los donantes

Uno de los mayores desafíos en cuanto a trasplante es el alto nivel de demanda. Foto: Juliana Faggi.

Pese a que el número de donantes ha vuelto a aproximarse a los niveles históricos, no baja la cantidad de personas en lista de espera, situación que muchas veces se mantiene a lo largo de tres años. Estos indicadores reflejan que se precisa intensificar el trabajo educativo y que también deben multiplicarse los centros de ablación.

Redacción EL DIARIO

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Algunas cifras reflejan el estado de la situación. Una de ellas es que en lo que va de 2023 se realizaron 1.271 trasplantes; otra, que fueron 565 las personas que donaron sus órganos en estos ocho primeros meses; una tercera, que la cantidad de donantes por cada millón de habitantes en este año fue de 12.22. Pero sin dudas la más inquietante es que hay 7.134 personas que necesitan un trasplante para salvar su vida en este momento.

Sobre todos estos asuntos se debatió en un encuentro del que formaron parte autoridades nacionales, y representantes de las distintas provincias.

En efecto, la generación de donantes, las dificultades de acceso a la lista de espera y la concentración geográfica de centros de trasplante son algunos de los temas que guiaron el debate de los actores del sistema nacional de Donación y Trasplante, en el marco de las primeras jornadas que se realizan desde la pandemia de coronavirus. La actividad fue organizada por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), con el objetivo de “mejorar la capacidad de respuesta a la demanda de trasplante de órganos, tejidos y células en Argentina”.

La apertura de las jornadas estuvo a cargo de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y el presidente de Incucai, Carlos Soratti, junto al subsecretario de Calidad, Regulación y Fiscalización, Claudio Ortiz, y el secretario de Calidad en Salud, Alejandro Collia.

“Esta jornada es para el encuentro de los actores fundamentales, de discusión y para compartir lo que se hizo, pero sobre todo ver lo que falta para poder avanzar en ese sentido”, dijo Vizzotti, y contextualizó que “en 2019 se había llegado a un récord de procuración y de donación, lo que la pandemia hizo retroceder, por lo que estamos de nuevo en esa situación”.

En la apertura, frente a la audiencia compuesta por unos 250 asistentes, la Ministra anunció que firmó la resolución ministerial que crea el Programa ERCA desarrollado junto a la Sociedad de Nefrología para Enfermedad Renal Crónica Avanzada, para favorecer la prevención, el diagnóstico precoz y agilizar la entrada a la lista de espera acortando el período de diálisis de los pacientes.

“Los principales problemas que presenta el sistema son las barreras de acceso a lista de espera renal y al trasplante”.

“Desde el Ministerio de Salud, con el Incucai y las provincias siempre buscamos más instancias, por eso, se creó ‘Procurar’ con una resolución ministerial, una instancia donde los hospitales tendrán protagonismo y puedan generarse unidades de procuración de órganos para trasplante. Ya son 11 los hospitales y hay financiamiento con capacitación desde el Estado Nacional a través del Incucai para seguir instalando y generando la mayor cantidad de oportunidades ante la posibilidad de identificar un donante y que eso se traduzca en trasplante”, destacó Vizzotti.

Entre los actores del Sistema Nacional de procuración e implante estuvieron presentes integrantes de sociedades científicas, financiadores, directores de hospitales y pacientes en lista de espera y trasplantados. Todos ellos aportaron sus puntos de vista en mesas redondas.

“Este es el primer encuentro federal -post pandemia- para revisar lo que estamos haciendo y plantear nuevas estrategias”, explicó Soratti.

Los objetivos del encuentro están orientados a generar un ámbito federal de debate, discusión e intercambio que permita compartir las experiencias de trabajo de cada equipo, identificar las fortalezas y debilidades de cada una de las realidades locales con la finalidad de trazar planes y programas para la implementación de las estrategias de intervención, con el fin de mejorar la capacidad de respuesta a la demanda de trasplante de órganos, tejidos y células en nuestro país.

“Al salir de la pandemia nos dimos cuenta que teníamos que identificar los problemas de magnitud, analizarlos y armar una estrategia de intervención para que aumente la oportunidad de trasplante, disminuya la lista de espera y los tiempos de espera”, añadió Soratti, titular de Incucai.

En ese sentido, advirtió que hay diez provincias que no tienen programas de trasplante, donde las personas que lo necesitan van a otras, generalmente a Buenos Aires.

“No obstante, en Buenos Aires no es posible absorber toda esa demanda, por eso es necesario promover el desarrollo de programas de trasplantes en todas las provincias y en zonas o provincias de baja densidad hacerlo allí donde haya grupos poblacionales que puedan compartir”, explicó.

En su exposición Soratti puntualizó los principales problemas que presenta el sistema: las barreras de acceso a lista de espera renal y al trasplante; la escasa generación de donantes en relación con la potencialidad del sistema de salud y con la demanda; y el acceso al trasplante de Médula Ósea o CPH.

Sobre las barreras de acceso a la lista de espera, precisó que “es un problema serio” que “tenemos que modificar, y ya empezamos a hacerlo”.

Según datos del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante, hay 29.314 pacientes que dializan en Argentina, mientras que 11.200 tienen indicación de evaluación pretrasplante. A esta cifra le sigue la cantidad de pacientes en lista de espera, que asciende a 5.500 personas. En ese sentido, explicó que ahí hay un problema, y que uno de los motivos es la concentración de los centros de trasplante.

También detalló que el 80% de los centros de trasplante están en la región centro (Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe); el NOA, NEA y Sur tienen un 14% de programas de trasplantes, pero hay diez provincias argentinas que no cuentan con centro de trasplante: Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, San Luis, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Jujuy y La Pampa.

Otro problema relacionado son los tiempos que lleva el ingreso a la lista de espera: 12 meses promedio. En ese sentido, advirtió que el lapso de tiempo más frecuente para acceder al trasplante es de 35 meses, lo que significa tres años en la lista de espera.

En tanto, sobre la escasa generación de donantes dijo que, en el 2019, el año de mayor actividad de donación y trasplante en Argentina en el último tiempo, murieron en 341.728 personas -según el Ministerio de Salud- pero de ese total sólo el 0,3% fue, por ejemplo, donante de córnea.

“El 80% de los centros de trasplante están en la región centro: Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe”.

“Algo nos está pasando que se nos escapan casos de hipotéticos donantes. Ese mismo año, de 37.250 fallecidos por accidentes cerebrovasculares y causas externas, accidentes o suicidios u homicidios, solo el 2,3% se convirtió en donante, lo que es muy poco”, aseveró.

“Hay un desbalance entre la necesidad de trasplante y la generación de donantes en nuestro país; y un desbalance entre la capacidad instalada de equipos y profesionales de trasplante y la capacidad instalada y de profesionales para la procuración”, explicó.

Entre las principales estrategias de intervención destacó los programas nacionales de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles -que son causas frecuentes de indicación de trasplante-; y aumentar la oferta de trasplante en los sistemas provinciales de salud, por lo menos de trasplante renal y córnea.

Soratti también destacó el Programa de abordaje integral de la Enfermedad Renal Crónica Avanzada anunciado por la ministra Vizzotti, sobre lo que detalló que “la enfermedad renal crónica es muy frecuente. El trasplante renal es el más demandado en Argentina y en el mundo, pero es una situación que podemos modificar sobre todo con esta decisión política del Estado a través de la resolución ministerial”.

Por último, valoró el Programa Procurar, que está en marcha, y la necesidad de coordinación nacional de trasplante CPH (de médula ósea), que es otro programa que está terminando de definirse.

Se presume donante

La Ley Justina, número 27.447, que regula el Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, cumplió cinco años y ya consiguió un objetivo fundamental: redujo de 40 al 10 por ciento la tasa de interrupciones de donación por oposición familiar. En efecto, a partir de la normativa, cada vez son menos los obstáculos que separan a un paciente en espera del órgano que necesita. Si en 2015 Argentina registraba 15 donantes por millón de habitantes, en 2019 esa cifra escaló a 20. A partir de allí, el país se ubicó, por primera vez en su historia, en el orden del promedio anual que tiene, por ejemplo, la Unión Europea (22).

La Ley Justina funciona como un punto de inflexión porque cambió el paradigma: a diferencia de lo que sucedía previamente, toda persona mayor de 18 años pasó a considerarse donante de órganos o tejidos, salvo que previamente haya expresado lo contrario. Este fenómeno se lo conoce como “consentimiento presunto” y ya se empleaba en esquemas normativos de otras naciones del mundo con el objetivo de comenzar a satisfacer la demanda de órganos de una forma más eficaz.

En Argentina se puede esperar un órgano hasta por tres años. Foto: Juliana Faggi.