De humilde “picada”, abierta a través del monte hacia el este de la ciudad, esta arteria devino en eje estratégico para vertebrar el desarrollo urbano de la capital provincial.
La avenida es la metáfora urbana del camino, un modo de recorrer, estructurar y pensar las ciudades, la geometría más simple de la gran ciudad, camino de llegada, distribución del tráfico y del paso que forma parte de nuestros circuitos urbanos cotidianos. Es un lugar recorrido que estructura la ciudad, articula espacios, los engarza en una sucesión que constituye un camino. Son referencias ineludibles de ubicación, marcan el espacio urbano.
Nuestra Avenida Almafuerte, ampliada hace algunos años, bien iluminada y de intenso tránsito, fue originariamente una “picada” abierta a través del monte, – como dice Ofelia Sors- convirtiéndose luego en el camino al Espinillo y a Tala, por donde transitaban las lentas y pesadas carretas y se arreaba el ganado que consumía la ciudad. Era el camino de comunicación más importante con la campaña que se transformó en el eje o columna vertebral de que dispone la ciudad hacia el sudeste, y señaló desde un principio la dirección que debía y habría de tomar en su futuro desarrollo. Señala la investigadora paranaense que: “En un continuo y constante progreso, se establece en 1871 en su parte final y más alta, el nuevo Matadero y Corrales de Abasto, que junto a la radicación de los primeros colonos que poblaron el ejido, dio motivo a la formación de un centro poblado. Se denominó “Villa Giordani”, nombre de su fundador, también conocido como “Los Corrales Nuevos”, (hoy Villa Uranga). Este es el origen de la hoy progresista barriada de la ciudad”.
Fuera de la primitiva planta urbana, los antiguos caminos se denominaron: Almafuerte, (7 de diciembre de 1917); Avenida Ejército, (4 de julio de 1913), anteriormente conocida como el camino de la inmigración, pues conducía al Hotel de Inmigrantes, y más tarde por el de los Cuarteles; Avenida Ameghino, (1º de setiembre de 1913), Avenida Churruarín, (7 de diciembre de 1917), antiguo camino al Tiro Federal.
Para la década del 30, la parcelación de las quintas en los alrededores de las 5 esquinas generó cambios en la fisonomía del sector y la municipalidad inició un gran plan de urbanización formando diez manzanas, tres de ellas destinadas a : Mercado de Abasto, Estación Terminal de ómnibus y plaza pública y por la misma se autorizó la pavimentación de calles y el relleno de zanjones, imprescindibles para impulsar el desarrollo.
Como complemento de la zona que debía urbanizarse, se llevó adelante , la construcción del pavimento de la encrucijada de las calles Gualeguaychú, Alsina, (hoy Ramírez), Churruarín y Almafuerte, desde la calle Gualeguaychú hasta completar la bocacalle de la Avda. Echagüe.
Años después, (1978), la inauguración de Avenida Blas Parera concretó la primera vinculación asfáltica entre Almafuerte y el túnel subfluvial, contribuyendo al descongestionamiento de la Avenida, que además fue remodelada, ensanchada e iluminada en todo su recorrido con novedosas luminarias de sodio, hasta Tosolini, y con lámparas de 250 watts hasta Las Tunas.
TRANSFORMACIÓN
EL DIARIO de Paraná del 12 de mayo de 1932, nos aporta datos, como a los vecinos de entonces, respecto de la obra, sus características y su financiamiento. Complementa el artículo un plano del sector referenciado.
“En los primeros días del mes de junio del año 1932 se iniciarían las obras de construcción de hormigón armado en el primer tramo del camino de Paraná a Villaguay que comprende hasta el arroyo Las Tunas, la obra estaría a cargo de la empresa Sabarías y Garassino y se ejecutarán bajo la dirección técnica inmediata de la seccional 17 de puentes y caminos de la Nación, a cargo del ingeniero Gorostiaga. El costo de la misma sería cubierto con el producido de la sobretasa a la nafta correspondiente a la provincia de Entre Ríos.”
“Como en el trazado comprendido entre Avenida Almafuerte – que tiene doble calzada- y su terminación en Los corrales, el gobierno de la Nación construiría solo el pavimento de una sola de las calzadas, los propietarios frentistas de la otra ,que quedaría sin pavimento, gestionaron del presidente municipal señor Bertozzi, que la municipalidad se hiciera cargo de la obra construyéndola, con el compromiso de contribuir con la cantidad de $ 15 por metro lineal de frente.”
El Municipio proyectó entonces la construcción del afirmado de una de las calzadas de la avenida. Atendiendo a los beneficios anhelados por los vecinos y elevó al Concejo deliberante un proyecto de ordenanza relativo a estas obras de pavimentación de hormigón armado, en el tramo de doble vía de la Avenida Almafuerte, el ensanche de la misma en su nacimiento, la continuación de la calle Enrique Carbó desde boulevard Alsina entre Enrique Carbó y Gualeguaychú y un pequeño tramo de la calle de Quintas que une Almafuerte con la continuación de Enrique Carbó. Las obra incluía también el traslado de 400 metros de vías del tranvía eléctrico.
En cuanto a los costos, “el total aproximado de las obras proyectadas ascendía a la suma de 250.000 pesos moneda nacional de la que la contribución vecinal comprometida cubría la suma aproximada de 116.000 pesos moneda nacional; en consecuencia la cantidad de 135.000, debíó cubrirla el tesoro municipal”.
Refería entonces el artículo de EL DIARIO, en la citada edición del 12 de mayo de 1932, que” la transformación de la calzada de la Avenida Almafuerte es, no solamente une necesidad de la zona, densamente poblada, sino la única forma de solucionar satisfactoriamente el problema de la conservación de la citada avenida en la cual el tráfico ha llegado a adquirir una densidad bastante considerable. De acuerdo a minuciosos estudios realizados por el departamento de obras públicas municipales, éste da a entender que para llegar a construir un camino en base de hormigón armado y de bajo costo que sea satisfactorio, se necesita una construcción con un término mínimo de duración de 15 a 20 años aproximadamente, que es lo calculado durara esta calzada de acuerdo al material a emplearse, producto de datos técnicos tenidos en cuenta al proyectarse estas obras, y por esto, se tiene la convicción de que se construirá una calzada adecuada y eficiente para la seguridad y conveniencia públicas.”
“Financiadas estas obras a seis años de plazo, el aporte municipal girará alrededor de $ 20.000 por año, cifra que no hay duda resultaría suficiente para conservar en buenas condiciones el actual afirmado. Como se puede apreciar por esta memoria descriptiva, el proyecto del departamento de obras públicas municipales preparado por el ingeniero Nux, comprende todas las obras necesarias para la calzada en sí mismo y todos los accesorios comprendidos por los desagües, nivelación, etc. para el mejor resultado de éstas”.
Más información
Ofelia Sors. Paraná, dos siglos y cuarto de evolución urbana.
Baltasar Fernández Ramírez . Avenidas, viarios y circunvalaciones. La ciudad como esquema. https://www2.ual.es/RedURBS/BlogURBS/avenidas-viarios-y-circunvalaciones-la-ciudad-como-esquema/
La Plaza y su entorno, área patrimonial e histórica
El 24 de marzo de 1854 Paraná fue declarada Capital de la Confederación Argentina. En el año en que la ciudad celebra los…PORGRISELDA DE PAOLI
Los clubes, espacios para hacer crecer el sentido de pertenencia
Con orígenes que se remontan al siglo XIX, los clubes barriales vivieron un período de esplendor en la década del 40 del siglo…PORGRISELDA DE PAOLI21 ABRIL, 2024