domingo , 28 abril 2024
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Protector solar o repelente, ¿cuál aplicar primero?

No exponer al sol directo a niños menores de 1 año.
El orden de aplicación entre ambos productos es crucial para mantener su efectividad y evitar enfermedades y daños en la piel.

Las altas temperaturas y las vacaciones son las excusas ideales para establecer planes al aire libre. Sin embargo, para transitar el verano de modo saludable, ante la presencia de mosquitos y la posible exposición al sol, surge una pregunta: ¿qué va primero, el protector solar o el repelente de insectos?

El dengue es una de las principales enfermedades transmitidas por mosquitos y en Argentina se reportaron cerca de 130.000 casos autóctonos, más de 1.700 importados y arriba de 70 muertes, por lo que es esencial la aplicación de repelente. Sumado a ello, se registraron casos de encefalomielitis equina, también transmitida por mosquitos.

Pero además, debido a las radiaciones solares que dañan la piel, “existen riesgos importantes con la exposición a largo plazo”, ya que se pueden registrar de forma casi inmediata y se producen año tras año. “El daño se va acumulando y la piel se vuelve más vulnerable, pudiendo transformar las células de la piel”, advirtieron desde la Sociedad Argentina de Pediatría.

Por ese motivo, el protector y el repelente son esenciales como barrera de protección. Pero ¿cuál es el orden? “Es necesario aplicar primero el protector solar, esperar 30 minutos y luego aplicar el repelente, manteniéndose así la efectividad de ambos”, indicaron desde el Ministerio de Salud. Por lo que no deben mezclarse entre sí para evitar el aumento del nivel de toxicidad, sumado a que la aplicación inmediata del repelente puede disminuir el efecto del protector.

Asimismo, también se debe poner una buena capa de forma pareja del protector por lo menos 20-30 minutos antes de la exposición y renovar su aplicación cada 2 horas cuando la piel está seca, cada vez que se sale del agua, se frota o limpia una zona. 

Tipos de repelente

Los repelentes evitan que los insectos se acerquen. Es decir, se previene el contacto de los mosquitos con la piel.

De todas las marcas comerciales, el más ampliamente difundido y estudiado es el DEET o N,N-dietil-meta-toluamida. La DEET interfiere con las neuronas y los receptores en las antenas y la boca de los mosquitos. Para evitar efectos indeseados, la Academia Americana de Pediatría recomienda que al aplicarse en niños, no deben contener más de 30% de DEET. Asimismo, indica no utilizarla en menores de 2 años y sugiere “aceite de citronela solo, sin aditivos químicos”.

Estas marcas tienen distintas concentraciones de DEET, motivo por el cual poseen un efecto más duradero y eso hace que sea para uso ‘familiar’ o no. Un producto con DEET al 10% protege durante 2 o 3 horas aproximadamente, mientras que, si es al 25%, la protección es de 6 horas en promedio.

El aceite de citronela, en tanto, es un extracto de especies vegetales, sus limitaciones se centran en que es limitado como repelente y tiene corta acción en el tiempo. El aceite de eucalipto, puede provocar fenómenos de broncoespasmo en personas con susceptibilidad previa. Además, no se recomienda en menores de 3 años ni en concentraciones mayores al 30% superada esa edad.

Los repelentes en sí, no son recomendables para los niños menores de 2 meses de edad.

Además, no deben aplicarse debajo de la ropa, sobre heridas o piel irritada, tampoco en las manos de los niños y debe aplicárselo un adulto. Para la cara, en cualquier persona, se deben rociar las manos con el repelente y después frotarlas cuidadosamente sobre la cara evitando los ojos y la boca.

En caso de usar repelentes químicos eléctricos en el interior del hogar, deben estar mínimo a 1,5 metros de distancia.

Protectores solares

Desde la SAP aclaran que el bronceado “no es un estado normal de la piel, sino que es un mecanismo de defensa para disminuir el daño frente a exposiciones al sol”. “Dado que este daño es acumulativo, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables y se encuentran particularmente en riesgo”.

El factor de protección solar (FPS) es la medida de capacidad que tiene un bloqueador solar para evitar que los rayos solares dañen nuestra piel. En términos de porcentaje “un FPS 15 bloquea aproximadamente el 93% de las RUV, un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 99%”, explicaron. Por lo que en niños, se aconsejan “protectores solares con no menos de FPS 30″. Se desaconsejan productos que posean parabenos, palmitato de retinol, oxibenzona, avobenzona y fragancias. 

Consejos

– No exponer al sol directo a niños menores de 1 año.

– Evitar la exposición entre las 10 y 16 horas. Protegerse aún en días nublados.

– El FPS no debe ser menor de 30, en algunos casos puede estar indicado el FPS 50. Están contraindicados los protectores solares en niños menores de 6 meses.

– Buscar lugares con sombra. Prestar atención a superficies que reflejan los rayos solares como el cemento, arena, agua, nieve o superficies brillantes.

– Usar ropa holgada, clara, fresca y de trama lo más cerrada posible, mangas y pantalones largos. Cubrir la cabeza con sombreros, gorras con viseras, pañuelos.

– Se aconseja la consulta al dermatólogo una vez por año, sobre todo aquellos niños y adolescentes con pieles sensibles.

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