lunes , 7 octubre 2024
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Hacer reír es un trabajo serio

Ignacio Koornstra es actor, director y gestor cultural. De niño incursionó en el teatro y quedó prendado. Integra el elenco de comediantes de Litoral Stand Up y con sus monólogos chispeantes y sus ocurrencias desata carcajadas, tal como lo hace todos los días desde la radio y el streaming.

Ignacio “Nacho” Koornstra es un actor paranaense. Incursionó en el teatro en su infancia, cuando tras un casting pasó a integrar el elenco de “Saltimbanquis”, aquella recordada comedia musical infantil que Mario Martínez llevó a cabo en la capital provincial. La experiencia lo cautivó y no se apartó más de los escenarios. El humor siempre estuvo presente en su vida, primero con Carlitos Balá, Pepe Payaso y Ratontito y luego con Midachi y Les Luthiers. De joven llegó a Teatro del Bardo y comenzó su desarrollo humorístico con Tocomochos. Actualmente, integra el elenco de comediantes de Litoral Stand Up, donde deleita con sus monólogos y es el director del Trío Bolerístico Genial. Además, desde la radio y el streaming todos los días divierte a la audiencia que se sorprende con sus ocurrencias. En diálogo con BIEN!, expresó: “Estamos en un tiempo difícil y hay que meterle con todo para que la tristeza no nos haga trabajar menos y para que nuestro público no se deprima”. 


Con el elenco de “Saltimbanquis”, a la derecha, el más pequeñito es Ignacio Koornstra, en su debut teatral. 

—¿Qué recordás de tu infancia?

—Mi infancia y la adolescencia fue más o menos tranquila, normal y feliz. Transcurrió en el barrio 1° de Julio, la calle Gregoria Pérez, la escuela Don Bosco y el Club Echagüe. Toda esa zona, pero más que nada, el barrio 1° de Julio y la escuela Hogar fueron lugares en los que pasé mucho tiempo, jugando al fútbol y haciendo amigos. Y la escuela Don Bosco, donde hice toda mi escolaridad y aprendí un montón, a pesar de que hoy no comparto algunas cosas. Algunas cuestiones que son más de más de vida, las aprendí en esa escuela.

—¿Cómo llegás a los escenarios?

—Empecé desde chiquito, mi mamá me llevó a una suerte de prueba para la obra “Saltimbanquis”, de Mario Martínez. Era uno de los regresos de Mario, que vivía en Buenos Aires, y montó acá con gente de la ciudad. Y mi mamá me llevó al Teatro, recuerdo que yo no quería ir, lloraba en la puerta del teatro. Pero entré y bueno, nunca más pude salir.

—¿Cuándo comienza tu formación teatral?

—En la adolescencia seguí en talleres con la escuela de teatro de Rubén Vera y con Rubén Clavenzani. Yo hice toda mi carrera en Paraná, cuando la mayoría de las personas que tenía aspiraciones artísticas se iba de la ciudad. Tuve la suerte de conocer a mis compañeros de Teatro del Bardo, en el 2002-2003. Ahora ya no formo parte de este grupo, pero trabajo con el Trío Bolerístico Genial y es como una familia. Y fue precisamente, cuando llego a Teatro del Bardo que decido comenzar a dedicarme a esto completamente. 

También en la juventud pasé por estudios de Comunicación Social, que me ayudaron mucho, y estudié un poco de filosofía. Pero fueron los estudios de comunicación, los que me permitieron entender algunos procesos que tenían que ver no solo con los medios de comunicación, sino también con la gestión cultural. Esto me llevó a hacer la Licenciatura de Teatro, ya de grande, y a recibirme. 

—¿Cómo aparece el humor?

—Al humor llegué igual que al teatro de muy chico. Recuerdo que aparecieron esos primeros vídeos de Midachi, Les Luthiers, que me rompieron la cabeza. Siempre me gustaron los humoristas y tuve mucha afinidad. Por ejemplo, disfrutaba de Carlitos Balá, Pepe Payaso y Ratontito, Mario Viola aparece en la historia. Siempre digo que tuve algo especial con el espectáculo, con la radio, la tele, con todas esas cosas. 

El humor siempre estuvo presente, pero con Teatro del Bardo fue cuando decidí hacer humor, y eso fue por el fanatismo que tenía con esto. Era la época de los programas Cha cha cha, Todo por dos pesos, y era fan. En Teatro del Bardo lo conocí a Jorge Martínez, con quien decidimos hacer esto y formamos un grupo que se llamó Tocomochos.

—Formás parte de Litoral Stand Up Comedy, ¿qué inspira tus monólogos?

—Formamos este grupo porque llegó el stand up a nuestras vidas. Era parte de Tocomochos todavía, pero llegó el stand up como disciplina y hubo como una explosión en 2012, 2013. Empezamos a consumir stand up y a querer hacer esto. Así fue que nos juntamos con Belisario Ruiz, Mateo Isa, Eva Cabrera, y después aparecieron Lisandro Riera e Ignacio Grunbaum. Hicimos Litoral Stand Up Comedy que en octubre cumple diez años.

Todo el material de stand up surge de mi propia vida, creo que uno se engancha con eso y después, es lo que termina ganándose al público. Se trata de mis propias vivencias, mis conflictos. El stand up es una disciplina escénica, es teatro, hay narrativa y hay conflictos. Así que, más allá del personaje, es uno con su propio nombre, en primera persona, en una construcción cómica. 

—¿Qué es lo que te gusta del stand up?

—Lo que me gusta es que uno puede hacer chistes sobre cualquier cosa. Esta disciplina me refiero a la técnica que viene de Estados Unidos, nos enseñó a escribir y a hacer chistes con pie y remate, que no estaba tan formalizado en nuestro país. Había algunos payasos que lo hacían, que tenían esta técnica, pero los americanos hicieron de esto, una fórmula. El stand up le aporta a la comedia argentina, que tiene tradición de payasos y de cómicos, esa formalidad a la hora de escribir un material, un monólogo. 

Así que bueno, lo más inspirador para mí es la posibilidad de escribir sobre cualquier cosa, sobre uno mismo, lo que ve, lo que pasa en el mundo, sobre las sensaciones que tiene, y si tiene algún conflicto uno trata de ponerlo ahí en la palabra. Y las tragedias se transforman en comedia. 

De director

—¿Cómo surge la propuesta de dirigir el Trío Bolerístico Genial?

—Con el Trío Bolerístico trabajamos hace unos cuantos años, cuando todavía estaba el grupo Tocomochos y surgió hacer esto porque nos dedicamos al humor y porque somos como hermanos, con Juan Kohner, Andrés Maín, toda esa familia de teatro del Bardo. 

Esa misma afición de hacer humor me llevó a trabajar y poner en escena algo tan lindo y tan interesante como esos personajes cubanos que se dedican a tocar boleros. 

La tarea es diferente porque no actúo, pero no dejo de aplicar todo lo que tengo y de aprender en relación al humor, y a generar performances cómicas, que es lo que me encanta. Me parece que por excelencia, lo que más me gusta hacer es algo para que la gente se junte y se cague de risa. 

En la radio

—La radio te tiene como protagonistas en Veníamos bien en Radio Costa Paraná, ¿qué te llevó a este medio?

—Siempre fui muy fan de la radio, desde el programa Rock and Roly, de Rolando “Roly” Ziteli, que actualmente está por las mañanas en en una FM, hasta descubrir a Dolina en la adolescencia. Y cuando llega el Internet, empiezo a escuchar la Rock and Pop, a los cómicos que me gustaban, como Fabio Alberti. Siempre fui muy fan de la radio y de los artistas en este medio desde los radioteatros. 

Hice radio desde los dieciséis años con un programa de ecología, después fueron programas de rock en FM Stop, FM Del Este. Siempre estuve muy cerca de este medio, estudié Comunicación Social e hice talleres de radio. 

Debo admitir que siempre estuve entre el teatro, la radio y escribir en algún medio, siempre me gustó escribir y ahora hago mis guiones. Esto es un poco lo que me convocaba en Veníamos bien, donde empecé a hacer una columna semanal, que llamaba charla Teddy y que era un monólogo con una premisa para hablar sobre algún tema. Después esto del programa se transforma en algo más perfomático, sobre todo ahora con streaming. Lo que más me gusta es juntar gente y hacer reír, pero la radio es buen espectáculo que abordo como actor donde hago humor y personajes. 

—¿Cómo es la vida de la autogestión? 

—La autogestión es la manera que aprendimos de hacer las cosas. Yo nunca me fui de Paraná y me empecé a formar viajando desde acá a otras provincias y países siendo parte de teatro del Bardo. Y cuando quise dedicarme al humor, con Jorge Martínez de Tocomochos, empezamos a traer gente para que nos enseñe clown, cómo armar una rutina cómica, comedia física, etcétera. No queríamos irnos a Buenos Aires, Rosario para tener que formarnos. 

La verdad, a mí me apasiona, no concibo el trabajo de artista o de actor fuera del trabajo de la gestión, porque yo empiezo a gestar desde cero con los proyectos.

Estamos en un tiempo difícil, complicado y estamos metiéndole con todo para que la tristeza no nos haga trabajar y para que nuestro público no se deprima.

Nuevos comediantes 

Para finalizar, a modo de consejo a quienes quieran dedicarse a la comedia, indicó: “Con Belisario Ruiz tenemos un taller de stand up y estamos intentando formar nuevos comediantes. Y el mensaje que queremos transmitir es: primero, que se tienen que divertir haciéndolo; y segundo, que si quieren dedicar a esto tenés que gestionar y trabajar mucho. Y hay que encontrar la manera de juntar treinta o cuarenta personas para contarles un chiste”, afirmó Nacho Koornstra.

Breve bio

Ignacio Koornstra nació el 25 de noviembre de 1978, en Paraná. Es papá de Juan Pedro, de 8 años. “Mi vida es con él y para él, es mi compañero”, expresó el artista.

Cursó la escuela primera y secundaria en el Colegio Don Bosco. Es Licenciado en Teatro, egresado de la Universidad Nacional del Litoral, 

Hobby: salir a caminar con auriculares, hace un tiempo que dejó de lado el fútbol. 

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