jueves , 2 mayo 2024
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Una mirada nueva de la noción de familia

El director Hirozaku Kore-eda tiene una larga trayectoria en el cine japonés.
Una costumbre peculiar vinculada al abandono de bebés le permite al director japonés Hirokazu Kore-eda abordar en la película Broker temas de notable actualidad como las conformaciones familiares, la versatilidad de los roles y los dilemas de identidad.

La guerra por la península de Corea, disputada entre los años 1950 y 1953, entre Corea del Sur -apoyado por los Estados Unidos y otros países occidentales- y Corea del Norte -apoyado, a su vez, por la República Popular China y la Unión Soviética- fue una de las más sangrientas y formó parte de la Guerra Fría a partir de la división territorial que intentaron establecer los Estados Unidos y la Unión Soviética. Dejó un país destrozado y la población sumida en la pobreza.

La posterior recuperación económica que catapultó a Corea del Sur como la cuarta economía de Asia, ocultó la raíz conservadora que tiene la sociedad surcoreana en cuanto a la pureza de los linajes familiares, toda vez que una pretendida homogeneidad étnica deriva en discriminar el nacimiento de niños no deseados.

La madre soltera pobre es marginada en Corea del Sur. Criar un niño en soledad es motivo de crítica. De hecho, las mujeres de mejor condición económica acceden a la posibilidad de abortar en el extranjero.

Por otro lado, esa actitud social hace que algunas madres abandonan a sus hijos y tal decisión se mantiene en un alto nivel de anonimato, porque, a su vez, la situación es repudiada por los empleadores cuando, previo a contratar a alguien, indagan en los antecedentes familiares de la interesada.

El pastor Lee Jong-Rak, de la iglesia de la comunidad de Jusarang, en Seúl, la capital de Corea del Sur, al tomar conciencia que, en virtud de una costumbre extendida, las adolescentes dejaban a los bebés en la calle, estableció en 2010 una “caja para bebés”, un nicho rectangular con temperatura acorde que, ubicado en un muro de la iglesia, oficiaba de refugio para criaturas abandonadas. Entonces, el pastor ingresaba a los bebés en orfanatos y así quedaban en condiciones de ser adoptados.

Actualmente, 300 niños surcoreanos por año son entregados en las “cajas para bebés”, método que se va extendiendo paulatinamente en el mundo. De forma tal que hoy existen métodos similares en Pakistán, Polonia, Rusia, Malasia, algunas ciudades de Alemania, Suiza y en algunas localidades de los Estados Unidos. En ciertas latitudes se entiende que es una forma de permitir el desarrollo afectivo del bebé con personas interesadas en adoptar.

La película analiza cuestiones universales como el concepto de paternidad y maternidad, y el de las familias ensambladas o disfuncionales

Al cine.

El hecho de que también hubieran “cajas para bebés” en Japón interesó al premiado director Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962), quien venía de obtener la Palma de Oro en Cannes por la notable película Un asunto de familia.

Kore-eda conoció la metodología que se usaba en Corea del Sur, y decidió concretar en ese país Broker, un filme que cuenta con la actuación protagónica de Song Kang-Ho, quien había trascendido por su actuación en Parásitos, la multipremiada película.

Según el director, Broker es una pieza complementaria de Un asunto de familia, dado que la historia vincula a personas que no son consanguíneas para constituir familias no convencionales.

Broker trata sobre una mujer que abandona a su bebé en una iglesia. Dos maleantes que se dedican a comercializar los bebés que son dejados en guarda en esos recipientes alteran la grabación de las cámaras exteriores y se apropian del bebé abandonado. En la película, la madre se arrepiente de su decisión, vuelve y allí descubre la trapisonda.

Luego de ese encuentro, se suma a los malvivientes en procura de encontrar una familia para su hijo, en un periplo con características de road-movie que en su desarrollo va incorporando elementos y personajes, con múltiples subtramas. Entre ellos, un par de personas que persiguen a los escapados y el misterio que se cierne sobre la identidad del padre de la criatura y su ausencia.

El fuerte título, Broker, le permite al director marcar la particular situación que se va intercalando en la historia, donde las personas que pretenden la intermediación aludida no son las mismas a la largo del desarrollo de la trama, y los intereses sobre la criatura se modifican, casi, permanentemente.

Pero lo esencial del filme está en la mirada del director, en el sentido que propone una realidad que con el devenir de la historia corre del centro de la escena a la anécdota inicial (el abandono de bebés y su consiguiente tráfico) y va focalizándose en las relaciones humanas que se conforman a partir de seres en situación de necesidad afectiva.

Abanico.

A medida que se desarrolla la trama, la dureza inicial va perfilándose más humana. La obra compatibiliza drama con comedia. Es notoria la empatía que mantiene el director con sus personajes. Se advierte una adecuada dirección de actores, y además con la música, la fotografía y la estética se consigue trasmitir un mensaje conmovedor.

Pero eso no es todo, porque la película despierta el interés por analizar cuestiones universales como el concepto de paternidad y maternidad, familias ensambladas o disfuncionales, el valor económico que se le asigna a los bebés priorizando a los niños por sobre las niñas, e incluso la dicotomía que deriva del egoísmo o vanidad, al preferir adoptar bebés y no niños con mayor edad e igual orfandad.

Hirozaku Kore-eda tiene una larga trayectoria en el cine japonés; aunque también ha incursionado con La verdad, una producción francesa. En Cannes obtuvo el Premio del Jurado y una Mención especial del Premio Ecuménico, en 2013, por De tal padre, tal hijo; la Palma de Oro en 2018 para Un asunto de familia y el Premio al mejor actor a Song Kang-Ho, en 2022.

En el cine de Kore-eda, son protagonistas familias que encaran una cotidiana disputa contra la adversidad y en esa contienda renacen y se reinventan intentando superar las tragedias. Sus historias terminan siendo corales y desborda humanidad en su tratamiento. La crítica de The New York Times ha dicho sobre el cine de Kore-eda que es “emocionalmente directo, y su forma de fusionar naturalismo y fábula recuerda la magia neorrealista de Vittorio De Sica”. Es sin duda, un cine con fuertes lazos con la realidad contemporánea, con una observación universal, que focaliza en las dificultades y contratiempos a los que la sociedad se ve sometida.  

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