domingo , 28 abril 2024
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Trabajo: los mejores lugares siguen en manos de varones

Las mujeres se especializan más pero no les resulta fácil acceder a los mejores puestos.
La brecha de género en el mercado laboral se manifiesta de diferentes formas, pero una de las más claras es la baja presencia femenina en los cargos altos de las empresas. Si bien las estadísticas reflejan una reducción de la desigualdad, las diferencias siguen siendo notables.

Según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Trabajo de la Nación, a fines del 2022 había 2.053.267 de mujeres asalariadas en el sector formal. Entre ellas, 1.936.829 (94,3% del total) se desempeñaban como trabajadoras en cargos generales; unas 41.532 ocupaban cargos directivos (2%) y 55.195 eran jefas en sus empresas (2,7%). El resto (19.711) no se especificaron.

Los números muestran que al momento de hacer el relevamiento había 4.182.203 hombres trabajando en el sector asalariado registrado. De ese total, 91,3% (3.816.639 trabajadores) ocupaban cargos bajos, 2,5% (106.460) estaban en cargos directivos y 5,3% (221.972) eran jefes. Los 37.132 restantes eran puestos sin especificar.

Como se puede observar, la cantidad de hombres en el mercado laboral formal asalariado prácticamente duplica a la de mujeres. Por eso, los economistas consideran lógico que exista una diferencia a favor de los primeros a la hora de analizar el reparto de cargos. No obstante, si se observan las tasas de participación en cada caso, se encuentra que, en proporción, los hombres acceden a más cargos de alta dirección que las mujeres.

Las diferencias también son claras cuando se toma en consideración el universo de trabajadores. Siempre con la salvedad de que hay más hombres que mujeres en el mercado registrado, llama la atención que, del total de cargos de jefatura que hay en el país, el 20% sean ocupados por mujeres.

De igual manera, del total de cargos de puestos directivos, apenas el 28% son de personas del sexo femenino. El 72% restante le pertenece a hombres.

Razones

Cuando se habla de brecha de género hay muchos aspectos que se deben tener en cuenta. Se plantea mucho por ejemplo la desigualdad salarial, pero en muchos casos las diferencias se explican por la cantidad de horas trabajadas (en promedio los hombres trabajan más horas) y por la cantidad de hombres y mujeres que hay en cada sector.

Nuria Susmel, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas, advirtió que, a la hora de hablar de jerarquías, hay mucha discriminación hacia el sexo femenino, ya sea de manera consciente o inconsciente.

“No siento que exista discriminación en la labor diaria, pero sí es cierto que se les da mucho más lugar a los hombres que a las mujeres en muchos aspectos. Pasa mucho por ejemplo en las conferencias, donde se prioriza casi siempre a los oradores del sexo masculino, cuando hay muchas mujeres profesionales con buenos conocimientos para compartir”, dijo Susmel.

Paula Pía Ariet, economista y directora de Gestión Consultores, analizó los resultados estadísticos publicados por el Ministerio de Trabajo y planteó que la diferencia a favor de los hombres en el reparto de cargos jerárquicos es muy notoria, aunque aclaró que la desigualdad ha decrecido mucho en los últimos años.

“Hasta hace unos años, la participación de las mujeres en los cargos de jefatura era del 0%. Hoy sigue habiendo un porcentaje bajo, pero tienen más participación”, contó.

Para la especialista en mercado laboral, no hay razones técnicas que expliquen que, en proporción, los trabajadores masculinos acceden a más cargos altos. Por el contrario, advirtió que las mujeres tienden a tener mayor nivel de formación académica.

Los datos publicados por el Gobierno nacional confirman la lectura de la economista. Según el Ministerio de Trabajo, del total de la población femenina ocupada 31,1% tiene educación universitaria completa y 18,3% tiene universitario incompleto. Es decir que al menos el 49,4% de las mujeres que participan del mercado laboral cuentan con estudios terciarios avanzados.

Formación

En el caso de los hombres, los números muestran que solo el 19,3% tiene estudios universitarios terminados y apenas 13,1% cuenta con estudios universitarios incompletos.

“Las diferencias se deben a una cuestión netamente cultural. Muchas empresas perciben que las mujeres van a tener más problemas por los hijos y no van a querer viajar en caso de que sea necesario. En algunos casos eso puede ser verdad, pero ni siquiera se llega a evaluar la opción. Se asciende directamente a hombres”, continuó Ariet.

Para las especialistas, a partir de esa diferenciación es que nacen luego las brechas salariales. “Nunca vi que le paguen más a un hombre que a una mujer por ocupar exactamente el mismo puesto, pero la cantidad de mujeres que están en cargos más altos es mucho menor”, subrayó Ariet.

De todas formas, la economista aseguró que “el techo de cristal se está rompiendo” e insistió en que, si bien las diferencias siguen siendo sustanciales, hay empresas y organizaciones que están equilibrando la situación. “Es un cambio que se está dando con las nuevas generaciones. Espero que la tendencia a una menor desigualdad se siga acentuando”, opinó.

No hay datos actualizados que muestren la proporción de cargos de jerarquía por sexo y por tipo de actividad, pero las economistas aseguraron que en la parte fabril es donde están menos abiertos a la incorporación de mujeres en puestos de jefatura.

“En la parte más dura las diferencias son mayores. En la parte comercial y de servicios hay más posibilidad de que sean mujeres las que están al frente”, reconocieron las entrevistadas.

Se precisa un cambio de mentalidad para que la estructura laboral reconozca el valor de las mujeres.

Romper la brecha

Otra dificultad con la que suelen encontrarse las mujeres en el mundo laboral es la desigualdad en los ingresos.La consultora Randstad identificó áreas en las cuales las mujeres podrían insertarse y así lograr reducir la brecha de ingresos actual. Minería, industria automotriz y logística, son algunas de ellas.

Minería, industria automotriz, banca y finanzas, energía, oil&gas, tecnología, ciencias y logística son sectores con buenos salarios y baja participación de trabajadoras mujeres, una situación que “configura una clara oportunidad para que puedan insertarse en esos segmentos y tener un mundo del trabajo más equitativo e igualitario”, señaló Andrea Ávila, CEO de la compañía de recursos humanos Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.

Esos siete sectores, que tienen en general salarios por encima de la media, abren la posibilidad además de reducir las brechas de ingresos que actualmente existen entre varones y mujeres en el ámbito laboral.

“La brecha salarial de género persistente en el ámbito laboral responde a múltiples causas y factores, entre ellas una sobrerrepresentación de las mujeres en sectores de bajos salarios, como servicio doméstico, maestranza, educación y servicios de salud y cuidado de personas, y una mucho menor presencia de mujeres en sectores que pagan mejores salarios, como economía del conocimiento, banca y finanzas, tecnología, y minería, entre otras ramas de actividad con remuneraciones por encima de la media”, indicó Ávila.

“Impulsar el aumento de la participación de mujeres en industrias de altos salarios tiene un doble beneficio. Por un lado, permitiría achicar la brecha salarial de género que aún hoy sufren las mujeres, con salarios promedio de entre un 10% y 30% menores a los de los hombres en la mayoría de los países, y por el otro, solucionaría algunos de los cuellos de botella que tenemos para para cubrir posiciones en las que hay escasez de talento, como sucede en perfiles de ingeniería y tecnología”, aseguró.

En el sector fabril es donde están menos abiertos a la incorporación de mujeres en puestos de jefatura

En la Argentina las mujeres perciben ingresos, en promedio, un 26,9% más bajos que los hombres, de acuerdo a los datos del último Informe de Evolución de la Distribución del Ingreso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH – INDEC) correspondiente al tercer trimestre de 2023.

“Para alcanzar la tan ansiada igualdad laboral entre hombres y mujeres y achicar la brecha salarial de género, es necesario romper los estereotipos que alejan a las mujeres del desarrollo profesional en estas industrias de altos salarios”, dijo Avila y planteó que un buen camino en esa dirección “tiene que ver con el impulso de las vocaciones y estudios en disciplinas relacionadas a las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, fomentando la igualdad desde el aula, acercando a las niñas desde una edad temprana a estos ámbitos de desarrollo profesional, así como a cualquier campo laboral que quieran elegir con libertad, reforzando la idea de que no existen trabajos para hombres y trabajos para mujeres,” agregó.

Estrategias

Randstad identificó algunas particularidades de los siete sectores que suelen tener salarios por encima de la media, para que, si a las mujeres les resultara de interés, opten por ellos.

Banca y Finanzas. Al ser uno de los sectores con mejores remuneraciones y con presencia en gran parte del país, una mayor inserción de las mujeres “puede tener un impacto muy importante en el objetivo del cierre de la brecha salarial”, indicaron desde la consultora.

Tecnología. Aunque la brecha de género en tecnología disminuyó en los últimos años, todavía hay una representación desproporcionada de hombres en roles como ingeniería de software, desarrollo, programación, ciberseguridad y en general en posiciones de liderazgo en empresas TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones).

Hasta hace unos años, la participación de las mujeres en los cargos de jefatura era del 0%

Ciencias. En algunas áreas de las ciencias, como la física y en general en las ciencias exactas y naturales, hay mayor participación de hombres, en especial en el ámbito de la investigación y en posiciones técnicas y de dirección en organizaciones de diversas industrias y mercados verticales.

Minería. La industria minera ha sido tradicionalmente dominada por hombres, especialmente en roles de operaciones, ingeniería y producción. “La baja inserción de las mujeres en esta industria tiene que ver, por un lado, con factores culturales y, por el otro, con el régimen de trabajo en los yacimientos y la naturaleza físicamente exigente de algunos trabajos en la industria”, indicó Randstad.

Industria automotriz. Si bien en los últimos años se incrementó la inserción de mujeres en la industria manufacturera y de producción en general, y en particular en las empresas del complejo autopartista y automotriz, sigue siendo un sector en el que aún hay mayor representación de hombres, especialmente en perfiles de producción, ingeniería y mantenimiento.

Energía y Oil & Gas. Estas industrias han tenido históricamente una mayor participación de hombres, no solo en la operación, sino también en las áreas de soporte y en las posiciones de decisión. Por la importancia estratégica y las perspectivas de desarrollo a futuro, “esta industria es clave para el cierre de la brecha, en especial por estar entre las de mejores salarios en el país”, apuntó la consultora.

Logística. Aunque la logística puede ser un campo diverso, algunas áreas, como la gestión de depósitos, la gestión de la cadena de suministro o la conducción de camiones cuentan con una mayoritaria representación masculina debido a factores culturales que influyen en las elecciones de formación y desarrollo profesional de las personas.

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