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El trabajo sistemático da muy buenos resultados

El paranaense Ernesto Méndez, guitarrista, compositor y docente. Foto: Juliana Faggi.
Entrevista

Ernesto Méndez recibió a Bien! en la Escuela de Música, Danza y Teatro, Prof. Constancio Carminio.

Ernesto Méndez es guitarrista, compositor y docente, nacido en Paraná. Desde temprana edad se conectó con la música de la mano de su padre, Jorge Méndez. En su niñez, comenzó a sacarle sonidos a las cuerdas, y soñaba con un futuro de músico. Su vocación, dedicación y mucho estudio, lo llevaron a destacarse con la música del litoral y a recorrer distintos escenarios del mundo.

El paranaense Ernesto Méndez es músico desde la cuna. Siguió los pasos de su padre, el reconocido compositor Jorge Méndez, y aquello que compartían a modo de juego en su niñez, se trasladó luego a los escenarios y a la discografía. Ernesto es el menor de dos hermanos y desde niño aseguró que quería ser músico y cumplió. Se formó en Paraná, con grandes maestros locales y del país, lo que le ha valido la gratitud del público en la provincia, en el país y en el exterior. 

En la Escuela de Música, Danza y Teatro, Prof. Constancio Carminio, donde se formó y se desempeña como docente, recibió a Bien! y expresó: “Cuando miro hacia atrás, descubro que lo que viví en mi niñez es lo que me marcó y definió el camino que he elegido”. 


El paranaense Ernesto Méndez, guitarrista, compositor y docente.

–Creciste rodeado de música, ¿qué recordás de tu niñez? 

–Sí, en un entorno de músicos. Lo vivía como una cuestión natural, creo que es común que los padres se vinculen con gente de su mismo oficio, de su misma profesión. Mi casa siempre fue casa de músicos, poetas, artistas. Esto fue un privilegio bastante importante para mi vida. 

–Un padre músico tan valorado y reconocido en el folclore…

–No sé si yo lo puedo describir con mucha precisión porque en realidad, es la situación en que me tocó vivir. Más allá de que sea un músico reconocido en la región, en definitiva, en el quehacer, diario y en lo doméstico era mi padre. Creo que hay cosas, que uno las puede revalorizar con el paso de los años, cuando hace una mirada retrospectiva. Pero en su momento, uno transitó sus momentos, su infancia, su adolescencia como cualquier otro chico del barrio. Pero cuando miro hacia atrás, descubro que lo que viví en mi niñez es lo que me marcó y definió el camino que he elegido. 

–¿De niño ya tocabas la guitarra?

–Sí, recuerdo haber tocado desde siempre la guitarra, desde muy chico. Siempre digo, que soy de una generación que no tenía posibilidades de dispersarse en tantas cosas, no existía internet, ni las cuestiones digitales, electrónicas. Entonces, hacer música era como un juego más de la infancia, que uno tenía incorporado. Creo que es una de las mejores maneras de vincularse con la música. Una transición muy natural hacia lo que luego ha sido la decisión de querer hacerlo profesionalmente. 

–¿Terminaste la escuela secundaria y continuaste con la música?

–Ya estudiaba de antes, pero creo que el momento de la formación terciaria o universitaria es la articulación entre lo vocacional o lo amateur y lo profesional. Cuando uno adopta la idea de querer ser profesional en lo que está haciendo, bueno, ahí es la parte de la formación universitaria, el momento de transición entre uno y otro. 

Siempre tuve muy claro que lo que quería hacer era ser músico. Así que, ni bien terminé la escuela, justo se dio que esta escuela (Escuela de Música, Danza y Teatro, Prof. Constancio Carminio) empezó a tener nivel superior. Comenzaron los profesorados del justo el año que yo terminaba mi escuela secundaria, y tenía que decidir un poco cuál era el camino que iba a seguir. Así que tuve la suerte de no necesitar irme de la ciudad para estudiar. 

–Una ciudad con muy buenos maestros…

–Exacto, una ciudad que tiene el privilegio de tener maestros de la guitarra a nivel internacional. En su momento la figura de un maestro como Walter Heinze, ya fallecido, y un maestro de una trayectoria internacional que actualmente sigue trabajando, como Eduardo Isaac. Así que realmente, quienes hemos tenido la vocación o el interés de estudiar guitarra aquí en la ciudad de Paraná, podemos decir que tenemos una cátedra de nivel internacional. 

–Ernesto, guitarrista, arreglador, compositor, docente, ¿en qué rol te sentís más a gusto? 

–Creo que cada uno tiene su momento y su magia. Son como cosas distintas, como que si me preguntaran a cuál de mis hijos quiero más. Creo que en cada espacio uno encuentra algo de realización, de gratificación, que es distinto uno de otro. El escenario es distinto al aula, el aula es distinto a la composición, la composición es distinta al momento del estudio. Son situaciones que quizás son complementarias en un perfil de músico, pero que cada uno tiene gratificaciones que son diferentes. 

–La música ha atravesado tu vida…

–Y la sigue atravesando. Creo que hoy, la mayor parte de las horas del día están dedicadas a la música, dando clases, componiendo, estudiando, o en alguna presentación. 

–¿Qué preferís ser solista o tocar en algún conjunto? 

–Son distintas vivencias, distintas maneras de conectar con la música. En mi actividad hago cosas, tanto como solista, como en grupo o en alguna formación medio eventual como cosa espontánea. Ahora, se viene una serie de presentaciones junto a Juan Falú, que vengo esperando con mucha expectativa por el el privilegio que es tocar con gente que uno ha admirado toda la vida. Es una gratificación, algo que pasa una vez cada tanto y es un encuentro musical librado a lo que vaya a suceder en el momento. Entonces, ese tipo de vivencia es muy distinta a una presentación como solista. Además, los escenarios son diferentes porque no es lo mismo tocar en un teatro, o hacerlo como tuve oportunidad de hacerlo en la Fiesta Nacional del Chamamé en Corrientes. Esto para un solista de guitarra representa un compromiso y un desafío muy grande. Uno está acostumbrado con la guitarra, un instrumento tan intimista, tan cálido, tan para espacios reducidos, y de repente subís a un escenario donde la platea tiene 5.000, 6.000 personas. Y en mi caso, siendo solista de guitarra, no canto, no hago malabares, no hago nada, simplemente es tocar la guitarra, es un desafío interesante. 

Los escenarios

Ernesto ha recorrido escenarios del país y del mundo. “La guitarra, la música, tiene una de las cosas más valiosas, estimulantes e interesantes, que es la posibilidad de servirte para conocer distintos lugares. De poder viajar para llevar la música. He tenido la suerte de hacer unos cuantos viajes a Europa, a Latinoamérica. Este año tengo en vista un viaje a Uruguay, y el año próximo a Europa”, comentó. 

–Estuviste en Londres haciendo presentaciones. 

–En Londres hice un concierto hace algunos añitos y ya tengo muchas ganas de volver, de repetirlo. Fue un ciclo de guitarra latinoamericana en una sala preciosa, en el Royal Festival Hall, donde siempre ha habido presencia argentina y tuve la oportunidad de llevar mi música.

Para junio se viene una serie de presentaciones con Juan Falú. Tengo un viaje a Montevideo en septiembre, el Festival de Guitarras del Mundo más hacia fin de año y cosas que están surgiendo permanentemente. En las propuestas colectivas, lo que me gratifica enormemente, es el dúo de guitarras junto a Rudy Flores, con quien compartimos escenarios. Siento que es un privilegio poder tocar con gente que uno ha admirado toda la vida, admitió Méndez.

–¿El público cómo responde? 

–Muy bien, eso de que la música es un lenguaje universal es muy cierto. Uno desarrolla su propuesta con seriedad, con responsabilidad, tratando de apelar a todas las herramientas que puede brindar el instrumento, expresivas, técnicas y musicales, que me permiten de alguna manera, a pesar de que yo viajo al exterior tocando música argentina y música folclórica, universalizar ese lenguaje. Y el público lo recibe con mucho entusiasmo, y te diría que hay mucha curiosidad por la música argentina en el mundo. 

–Elegís la música argentina, pero ¿qué es lo que más te gusta tocar? 

–Siempre aflora con más naturalidad, lo que uno ha adquirido como el lenguaje materno, así como en el idioma hablado. En la música pasa exactamente lo mismo. Uno puede aprender música del mundo, de distintas épocas, pero hay algo que a uno lo marca de manera indeleble, que es lo que uno ha adquirido de manera natural y en su seno familiar. Por lo cual, si bien yo toco música argentina en general, creo que donde hay un plus o una diferencia es en relación a la música del litoral. La música litoraleña te cautiva, y creo que es la que me sale con más naturalidad. 

Lo que viene

“Para junio se viene una serie de presentaciones con Juan Falú. Tengo un viaje a Montevideo en septiembre, el Festival de Guitarras del Mundo más hacia fin de año y cosas que están surgiendo permanentemente. En las propuestas colectivas, lo que me gratifica enormemente, es el dúo de guitarras junto a Rudy Flores, con quien compartimos escenarios. Siento que es un privilegio poder tocar con gente que uno ha admirado toda la vida”, admitió Méndez.

La programación de Ernesto Méndez y Juan Falú tendrá lugar: el 2 de junio, en Rosario, en el Centro Cultural Fontanarrosa; el 3 de junio en Oro Verde. 

–¿Aconsejarías estudiar guitarra?

–Sí, por supuesto. Creo que con la música, con la guitarra se pueden hacer muchas cosas. Pero es un camino, que interpreto que es absolutamente meritocrático. No hay forma de que uno pueda hacer cosas, si no estudia con disciplina, regularidad y método. Esas actitudes cuestan un poco desarrollar, a veces por la urgencia económica, la dispersión de estímulos de estar permanentemente conectado con el celular, y los pocos espacios para la introspección y para el autoconocimiento. La música impone otro tipo de rutina, un camino para dominar un instrumento. Entonces, el que quiera ser músico tiene que saber que se embarca un poco en eso, y que la gratificación es enorme. 

Anécdota

“Creo que no solo la música argentina, sino la música latinoamericana, en general, tiene una frescura y un desarrollo que le hacen muy atractiva en todo el mundo. Tengo un alumno japonés que ha venido dos veranos consecutivos de Saitama, una ciudad del gran Tokio. Es un guitarrista, fanático de la música argentina, que conoce la música del litoral y de todas las provincias. Ahora, se cortó un poco la frecuencia de sus visitas después de los años de pandemia, pero antes de eso viajaba todos los veranos y se quedaba prácticamente todo el mes de enero visitando a distintos guitarristas y maestros de Argentina. Pasaba algunos días por mi casa a estudiar el chamamé. Toca increíblemente bien la música argentina, tiene la curiosidad y la disposición de venirse a estudiar in situ”, contó el docente. 

Bio

Ernesto Méndez nació el 23 de agosto de 1968 en Paraná. Es hijo del músico Jorge Méndez y de Silvia Bahler (fallecida). Tiene un hermano mayor, Guillermo Méndez (guardaparque nacional). Está divorciado, tiene tres hijos: Julián, Gonzalo y Manuel. 

Concurrió a la escuela Bavio (primaria) y Comercio N° 1 (secundaria). Es profesor de Música y se desempeña como docente en la Universidad Autónoma de Entre Ríos y en la Universidad Nacional del Litoral. 

Discografía: como solista, “Alma guaraní” 1999 y “Alborada” 2005, “Pueblero” 2011. En 2013, “Genealogía” junto a Ramiro Gallo y Andrés Pilar y con Rudi Flores “Sonido Junto”. Además acompaña a su padre Jorge Méndez en toda su discografía.

Ha participado de festivales internacionales y se ha presentado en Argentina, Brasil, Uruguay, Reino Unido y Alemania. 

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