martes , 10 diciembre 2024
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El paseo es un evento relevante para el perro

Dejar que el perro sea protagonista del paseo es uno de los secretos.

Sacar a dar una vuelta al perro, una o dos veces al día es un ritual que conviene respetar. El momento compartido es tan importante para la mascota como para su dueño. Durante el paseo, el can aprende a socializar, realiza una imprescindible actividad física y se entretiene, lo que ayudará a evitar el estrés.

Mariano Strekir

Especial para EL DIARIO

En el bullicio cotidiano de la vida, a menudo pasamos por alto la trascendental actividad de pasear a nuestros queridos peludos. Más allá de ser simplemente un deber diario, el paseo se revela como un vínculo vital entre el humano (tutor) y su leal compañero. Examinar los beneficios y desafíos asociados con esta práctica arroja luz sobre la responsabilidad inherente a la tenencia de mascotas y la relevancia de establecer rutinas saludables.

En general, cuando pensamos en adoptar un perro solemos preocuparnos por si hay espacio suficiente donde pueda vivir; calculamos el costo de alimentarlos y atender su salud; pero no siempre contemplamos en esta nómina que al igual que las personas, los perros necesitan actividad física regular y momentos de distracción para mantenerse saludables. De todos modos, vale la pena aclarar que más allá de las comodidades, lo importante es que se esté dispuesto a compartir el tiempo con el animal y a proveerle distintas actividades para que sus días no sean monótonos.

En efecto, el paseo proporciona una oportunidad invaluable para que nuestras mascotas gasten energía, fortalezcan los músculos y mejoren su resistencia. Es que, en cada salida, aunque parezca siempre la misma, descubren mundos nuevos, que incluyen olores, sonidos y estímulos visuales que, naturalmente, se escapan de los ojos de sus dueños y que se vinculan directamente con su memoria animal. Una referencia cotidiana nos permitirá hacernos una mejor idea del asunto de referencia ¿Sabes por qué los perros huelen la orina de otros perros, e incluso la propia? Porque es un indicador de los perros que han pasado previamente por ese lugar y han querido marcar su territorio dando una información muy valiosa sobre ellos mismos; por ejemplo, si son machos o hembras, si tienen una actitud dominante o simpática. Eso explica por qué los perros a veces invierten tanto tiempo en oler tanto la orina como el excremento que encuentran en las calles, plazas y parques: con esos datos construye un mapa de los que lo precedieron.

Apuestas

Conviene tener en cuenta que sea mucho o poco tiempo el que uno tenga, lo importante es no apurarlo al perro, dejar que active todas esas dimensiones del conocimiento para que disfrute el momento. Así, nuestra mascota podrá estimular su mente a través de la exploración del entorno. Esta experiencia contribuirá a un estado mental equilibrado y evitará el aburrimiento y los problemas de conducta derivados del estrés.

También los paseos tienen otro valor importante: les permite interactuar con otros perros y con otras personas. Esta socialización es esencial para desarrollar habilidades comunicativas en los caninos y prevenir comportamientos indeseados, problemas de agresión, ansiedad y miedos. La socialización durante los paseos es clave para su bienestar emocional.

Hay otra razón para dedicarse al paseo. El tiempo compartido durante los paseos fortalece el lazo emocional entre el tutor y el perro. Habrán notado las personas que disfrutan de la compañía de un perro que la comunicación no verbal y la confianza se cultivan durante estas salidas, creando una relación más sólida.

Como se ve, la tenencia de un perro no debe ser entendida como un mero entretenimiento para quienes cuidan de él; sino que conlleva la responsabilidad de atender a sus necesidades físicas y emocionales. De ahí la insistencia en que establecer una rutina de paseos no solo beneficiará al perro, sino que producirá cierto equilibrio en la vida del tutor. Como hemos dicho, la constancia en los paseos creará un ambiente predecible y seguro para el perro, promoviendo su bienestar general.

Trazar un plan

Si el paseo que se piensa realizar es largo, se debe contemplar que el animal en algún momento tendrá sed. Para eso se puede llevar una botellita con agua o un envase plástico para cargarlo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el paseo se debe hacer con correa. Así evitaremos sobresaltos y accidentes. Solo se debe dejar suelto al perro si se tratara de un lugar lo suficientemente espacioso, como son las plazas, los parques o un campo. El criterio es que el momento de goce de un animal no ponga en riesgo o moleste a otras mascotas o personas.

En fin, más allá de ser una tarea diaria, el paseo se erige como un acto de amor y compromiso hacia nuestros amigos peludos. Al reconocer los beneficios y desafíos asociados con esta práctica, elevamos la calidad de vida de nuestros perros y fortalecemos el vínculo único que compartimos con ellos. Y, en todos los casos, se recomienda que el tutor tome también esa salida como un paseo.

(*) Educador canino

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