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Una profesión para servir al otro

Julio Federik es un reconocido abogado paranaense, además de docente y escritor. Es autor de la reforma del Código Procesal Penal de Entre Ríos. Fue convencional constituyente, proyectando numerosas normas que fueron incorporadas a la Constitución. Su labor como profesional del Derecho lo ha puesto frente a casos relevantes en el país, como la querella tras el atentado a la AMIA. En la ciudad, representó a la familia Aguirre tras la desaparición de Fernanda.
Julio Federik, un hombre del Derecho. Fotos: Sergio Ruiz

El paranaense Julio Federik es abogado, docente y escritor. Un hombre abocado al Derecho, preocupado por la justicia. En su juventud escribió en EL DIARIO, donde daba a conocer su punto de vista, críticas y propuestas de lo que podrían ser modificaciones al Código Procesal Penal de Entre Ríos, que luego pudo llevar a cabo. Una trayectoria profesional que en los comienzos se desarrolló junto al deporte, con un notable desempeño en la esgrima. Se recibió de escribano para trabajar y continuar ligado a la competencia deportiva. Luego, continuó la carrera en la Universidad Nacional del Litoral y se graduó como abogado. En su trayectoria dirigió sus pasos hacia lo penal, y protagonizó como querellante uno de los juicios más importantes del país, el caso del atentado a la AMIA. A nivel local, fue el representante de la familia Aguirre y siguió todas las pistas tratando de encontrar a Fernanda, la adolescente desaparecida en San Benito.
En su despacho, en calle Santa Fe, el letrado recibió a BIEN! y aseguró: “Estoy de acuerdo con que se baje la edad de imputabilidad, así como bajamos la edad para elegir al presidente de la nación, al gobernador”.

—¿Cómo llega a la abogacía?
—Bueno, provengo de una familia de abogados. Yo quería ser sociólogo pero me entusiasmé con el Derecho. Pero a la abogacía llegué después de algunos pasos. Cuando ingresé a la abogacía no pensé que iba a ser penalista, yo quise ser escribano para tener un trabajo inmediato porque en ese momento lo que a mí me interesaba era la esgrima. Entonces, quería trabajar en Buenos Aires y hacer esgrima. Integraba el equipo nacional en esa época y me interesaba muchísimo porque estaban todos los viajes internacionales, los campeonatos.

—¿Y qué sucedió después?
—Cosa que no pude hacer, en un momento en un momento estaba practicando en Buenos Aires, y dije, ¿qué estoy haciendo? Me faltaban unas materias para ser abogado, así que me recibo y vuelvo siendo abogado. Como escribano era muy difícil conseguir trabajo allá, como abogado hubiese sido otra cosa. Me recibí y me quedé en Paraná, me casé, formé mi familia y después de algunos años me fui a trabajar a Buenos Aires, como abogado. Pero no me mudé, viajaba los martes y volvía los viernes. Siempre el fin de semana, me quedaba en Paraná, salvo situaciones de audiencias. Mi casa siempre estuvo en esta ciudad.

—¿Cuándo su profesión se encamina hacia lo penal?
—Fui defensor de pobres y menores, y podría decir que fui demasiado discutidor, planteaba muchas novedades, cosas que después fueron hechas, pero en aquel momento no estaban. Resultaba medio molesto como defensor de menores, sobre todo para la gente que estaba en el Consejo del Menor y tuve algunos chispazos. Evidentemente, esto llegó al Superior de aquel momento, que también sabía que me estaba destacando en algunas defensas, y me pusieron en defensas penales. Entonces defendí durante ese año una cantidad importante de juicios orales, que antes se hacían mucho más rápido que ahora. Cuando llegó el Proceso, presenté la renuncia dándoles tiempo para que me sustituyan porque había gente que yo estaba defendiendo y que no podía quedar sin defensa. Me fui y empecé a trabajar en la profesión con Marciano Martínez, con quien fuimos socios hasta que llegó la democracia. Así empecé a trabajar solo, siempre en defensas penales.

La reforma del Código Procesal Penal

El letrado paranaense es autor de la reforma del Código Procesal Penal. “Siempre tratábamos de ver y de buscar cómo resolver los problemas que se planteaban en el ejercicio del derecho penal. Yo estaba bastante activo en la provincia, también en el país, y veía que aparecían algunos problemas. Entonces, todo surgió a partir de artículos que escribía en EL DIARIO para tratar de solucionar esos problemas con el nuevo sistema acusatorio”, narró Federik. Entre otras cuestiones, el profesional proponía que se revisara el tema de la mujer golpeada, las excarcelaciones automáticas, los testigos, la recolección de la prueba, la policía.

En 1998, el Poder Ejecutivo de Entre Ríos le encargó a Federik, mediante decreto, el proyecto de reforma del Código Procesal penal. “Me llamó el gobernador de la provincia, Jorge Busti y le presenté el proyecto. Pero se le hicieron algunas modificaciones, no me llamaron, hicieron unos zafarranchos en el Código y lo pusieron en vigencia en 2005”, analizó.
Por otra parte, Federik realizó el Proyecto del Código Procesal Penal de la Nación Argentina. “En el primer gobierno de Néstor Kirchner me encomendaron el proyecto para la nación, y lo hice sobre las bases teóricas del proyecto de Entre Ríos”, comentó.

Convencional Constituyente


El profesional del Derecho fue convencional constituyente en Entre Ríos, proyectando numerosas normas que fueron incorporadas a la Constitución. “Desde la convención impusimos algunas cosas importantes, como el sistema acusatorio que se adopta y pusimos la Fiscalía Anticorrupción, que antes era una oficina del poder ejecutivo, y la ubicamos en el poder legislativo. Esta fiscalía que tiene que ver con los delitos contra la administración pública pasó a formar parte de la cúpula del Ministerio Fiscal, la pusimos dentro de la Procuración”, indicó.

El atentado a la AMIA


Su labor como abogado querellante lo llevó a representar a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA. “Fue el caso más largo y comprometido que tuve, sobre todo por las implicancias nacionales e incluso internacionales. Un tema muy importante, un juicio muy largo donde se resolvió la cuestión por una nulidad y lamentablemente, ese tribunal que fue excelente no pudo o no entró a la cuestión de fondo. Los imputados que estaban en ese juicio fueron absueltos. Se decretó la nulidad por el pago que hizo un juez argentino, a favor de uno de los imputados que le iba a decir a quién le había entregado la camioneta y ahí metió a todos sus enemigos, los policías que lo extorsionaban”, rememoró.

Luego continuó: “Un iraní que fue refugiado en un campo de concentración en Turquía, le dijo a los alemanes cómo se había producido el atentado en la chopería, en el bar Mikonos en Alemania. Esta persona le cuenta al juez qué pasó en Argentina, está todo grabado. Se le tomó declaración en la embajada argentina en Alemania, porque los alemanes no nos prestaron el testigo y a la única persona que le confiaban la seguridad de esta persona era a Jaime Stiusso. En esa grabación, el testigo C, jefe de la inteligencia iraní para occidente, contó cómo fue, cómo se preparó y dijo que para ellos el mayor prestigio que existe es el de mártir, es a quien se le rinden los máximos honores. Nisman (Alberto) anduvo buscando quién era y demás, yo le decía que no era lo significativo, pero él estaba empecinado y creo que llegó a saberlo. Lo importante era saber de dónde venía la responsabilidad, quiénes lo habían organizado”, afirmó Federik a BIEN!

Fernanda Aguirre


—Julio, uno de los casos que conmocionó a la sociedad fue la desaparición de Fernanda Aguirre, ¿qué recuerda del caso?
—Un caso que fue terrible, la buscamos por todos lados. Cuando aparecieron las zapatillas de Fernanda, que las tenía una amiga de la mujer del imputado fue un golpe muy fuerte. Otro golpe fue la muerte, ese ahorcamiento en la comisaría de la persona que nos podía decir qué era lo que había pasado. Después pensé que su mujer podría decirnos porque había estado con él, tuvo las zapatillas y se las regaló a una amiga.
La madre insistía en la búsqueda y la buscamos por todos lados. Y me parece que hizo bien, ella no podía asumirlo hasta que no le mostrasen el cuerpo de su hija, como decía ella. Fue un caso de una de una tremenda desilusión, porque uno siempre está pensando que el último esfuerzo es el que llega a resolver el problema. Hubo una cantidad de chicas que trabajaban en la prostitución, que decían que la habían visto en algún lugar. La verdad es que revisamos todo. Incluso, la otra hipótesis que la habían tirado en un horno de ladrillos acá en la ciudad. Encontramos un hueso del oído que por más que fuego que le pongan no se desintegra, y era de otra persona que nunca supimos su identidad.
Sobre el juicio mencionó que “hubo muchísimos datos y anécdotas que se cruzaron en ese caso. Y cuando tuvimos el juicio, le ofrecí a los abogados de la defensa que iba a levantar la querella si la acusada me daba algún dato para encontrarla. No me interesaba la prisión de esa mujer (Mirta Cháves), y los mismos abogados estaban interesados en que ella lo dijera pero nunca lo dijo”, lamentó.

La actualidad


—¿Está de acuerdo con que se baje la edad de imputabilidad a dieciséis años?
—Sí, sí, estoy de acuerdo. Hay algunos países que la bajan a doce años, eso me parece un disparate. Así como bajamos la edad para elegir al presidente de la nación, al gobernador, y me parece que hicimos bien, bajamos el límite de la mayoría de edad. Me parece que hay que dar respecto a los menores una legislación apropiada.

—¿Qué opinión le merecen ciertos casos mediatizados y algunos abogados con popularidad?
—Uno tiene que distinguir la causa, que es la que se tramita en tribunales, del caso que se integra con las opiniones, los dichos, lo que se habla en la calle. Especialmente, el caso se trata en los medios, donde muchas veces sin tener pruebas se conjetura sobre la responsabilidad de las personas, y eso es muy grave. Una cosa es la opinión, los indicios y las afirmaciones que se hacen en torno a eso. En todo caso, usemos los potenciales. El pensamiento hipotético ha perjudicado a muchísima gente.

—¿Qué evaluación hace de la implementación de los juicios por jurados?
—Yo soy partidario del juicio por jurado, pero a opción del imputado, no como una imposición legal. Hice el proyecto de juicio por jurados y el Ministerio de la Defensa, el Ministerio de la Acusación, la Asociación de Magistrado y el Colegio de Abogados queríamos que sea optativo como sucede en la provincia de Buenos Aires.


A los jóvenes


Para finalizar, Federik expresó: “Tenemos que enseñarle a la gente joven que no es tan importante tener como ser, que es más importante dar que ser. Que la gente no vale por lo que tiene, pero tampoco vale por lo que es. La gente vale por lo que da. Entonces, me parece que tenemos que tratar de que la solidaridad y la generosidad sea creciente, que se refuercen estos valores en una sociedad donde todo pareciera ir en contra de esto. Debemos preocuparnos en servir para vivir mejor”.

Breve bio


Julio Federik nació en Paraná el 17 de junio de 1949. Es hijo de Vicente Julio Federik y de Susana Garcilazo, ambos fallecidos. Está casado con Cristina Garat.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela Normal, y los secundarios en el Colegio La Salle. Se graduó en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, cuyo cuerpo docente integró durante varios años.

Escritor: En 1969 publicó su primer libro de poesías, “Esta es mi sangre”, al que le siguieron muchísimas publicaciones literarias.

Deporte: Representó al país y fue campeón sudamericano de esgrima.

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