viernes , 19 abril 2024
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Se avecinan nuevos horizontes en educación y periodismo

El doctor en Comunicación Social Gonzalo Andrés moderó el panel de especialistas que se realizó en la Facultad de Ciencias de la Educación.

La inteligencia artificial (IA) está siendo el centro de múltiples debates. El desarrollo de esta tecnología y las transformaciones que acarrea o puede acarrear en el ámbito de la educación y la comunicación, fueron ejes del conversatorio que se hizo en la Facultad de Ciencias de la Educación. EL DIARIO dialogó con Gonzalo Andrés, un investigador de estos temas, quien moderó la actividad. 

Desde hace un tiempo la agenda periodística impone dar cuenta de las nuevas posibilidades, riesgos, desafíos que implica el desarrollo de sistemas como la inteligencia artificial (IA). Entre los frentes que se presentan como dilemáticos en cuanto al uso de esta tecnología, están el de la educación y el de la comunicación social. 

Días atrás se hizo un conversatorio sobre El desarrollo de la Inteligencia Artificial y las transformaciones en educación y comunicación, organizado desde el proyecto de investigación dedicado a estudiar la Circulación, acceso y apropiación social del conocimiento científico y tecnológico: percepciones, prácticas y acciones de las comunidades científicas universitarias en Argentina, que dirige la doctora Carina Cortassa.

De la actividad participaron dos profesionales vinculados a la inteligencia artificial. Una de ellas, la profesora Maia Numerosky, licenciada en Matemática Aplicada, programadora, responsable de relaciones intercooperativas en contenidos. 

También estuvo presente el ingeniero e investigador del Conicet Enzo Ferrante, quien dirigió el libro ¿Aprendizaje automágico? Un viaje al corazón de la inteligencia artificial contemporánea, una publicación de divulgación para jóvenes y adultos que invita a adentrarse en el mundo de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.

EL DIARIO fue en busca de la palabra del referente local Gonzalo Andrés, investigador de Conicet en el Instituto de Estudios Sociales de la Universidad Nacional de Entre Ríos y docente en la Facultad de Ciencias de la Educación (UNER), quien moderó el panel. 

Con la intención de vislumbrar posibles panoramas a futuro, se le formularon algunos interrogantes. La mayoría, relacionados con la última novedad en materia de inteligencia artificial generativa lanzada por la empresa OpenAI (openai.com) que permite a todo el mundo poder ingresar a la plataforma con una cuenta de mail y preguntar por el chat, qué prólogo le haría a un libro sobre tal tema, qué opina de la letra de una canción viralizada o qué títulos se le ocurren para una nota, poesía o novela, etc. 

-¿Cuáles son los principales potenciales de la IA sobre todo el Chat GPT en el ámbito de la educación?

-La inteligencia artificial generativa viene siendo noticia desde el año pasado. Es más, creo que fue la palabra del año elegida en 2022 por la RAE. 

Adquirió mayor relevancia sobre todo con lanzamiento de Chat GPT en noviembre del año pasado. Todo ese marco implica desafíos en el entorno educativo y preguntas en torno a qué hacer en el ámbito universitario. 

Son preguntas similares a las que se dieron con la aparición de la computadora, internet o Wikipedia. Este panorama conduce a formularse interrogantes asociados a qué hacer con esta tecnología que no forma parte de la organización socio tecnológica más tradicional, esto es el dispositivo áulico  presencial que caracteriza a las instituciones educativas, basado en tecnologías analógicas como la tiza, el pizarrón, el libro, el escuchar al docente y tomar notas. Entonces, otro tipo de tecnología es un elemento disruptivo en esos entornos tradicionales.

Desde mi perspectiva creo que tiene potencialidad la integración de sistemas de IA en el ámbito universitario, puede potenciar el acceso a la información. 

Podría decirse que el acceso y la sistematización de la información ya estaría resuelto, pero pone a los estudiantes en un lugar distinto referido a la edición, corroboración y reutilización en otro tipo de textos, o como punto de partida para desarrollar distintas actividades. 

Hay experiencias en algunas universidades en las que se incorpora Chat GPT en matemática o literatura. A modo de ejemplo, se le puede solicitar al Chat GPT que escriba un poema sobre determinado tema como si fuera Kafka o Borges y a partir de eso analizar similitudes y diferencias de estilos, por citar un trabajo práctico que se dio en la Universidad Nacional de Rosario.

-¿Los riesgos del uso de IA generativa por dónde pasarían?

-Los riesgos en educación son varios. Uno tiene que ver con la privacidad de los usuarios, algo que excede al ámbito universitario. Hay que tener mucho cuidado con qué uso se hace de datos personales de los usuarios. Después hay otro tipo de problemas vinculado al plagio y la copia, es decir, reproducir de manera acrítica los textos, video o imágenes que este tipo de programas genera automáticamente. 

El énfasis habrá que ponerlo en desarrollar una perspectiva crítica a lo que estos sistemas generan. Esto obliga a repensar previamente las consignas de actividades que se solicitan a alumnos -ya que el acceso a la información, como decimos, está a priori resuelto-, de modo de dificultar la posibilidad de copiar o plagiar.

-¿Esta avanzada tecnológica exige reconsiderar el contrato pedagógico? ¿En qué términos? ¿Éticos, didácticos?

-Toda integración tecnológica significa reconsiderar el contrato pedagógico, el modo de enseñanza, la organización espacial y temporal, en los cuales se enseña. 

El dispositivo áulico tradicional escolar y universitario se encuentra en crisis por múltiples factores, uno de ellos es desarrollo tecnológico. 

Se va desarrollando un conjunto de tecnologías que es incompatible con ese formato, por lo tanto integrarlo es transformar y modificar los modos de enseñar y vincularse con estudiantes y la información y el conocimiento.

Es decir, ese contrato es preciso modificarlo en términos didácticos y comunicacionales.

Escuelas y universidades

-¿Sería saludable enseñar IA en las escuelas, universidades?

-Es saludable incorporar tecnologías y enseñar a utilizarlas porque es justamente la tendencia hacia la que va el mundo contemporáneo o la actual sociedad de la información. 

No es necesario que todos sean informáticos o programadores pero sí me parece importante que se enseñe en escuelas y universidades cuestiones vinculadas al uso de la información, a la privacidad de datos personales, la edición de imágenes y textos.

La IA es un campo disciplinar que dialoga con la informática, lo que podría enseñarse es el lenguaje informático, programación, en escuelas. 

Son proyectos que se vienen desarrollando en distintas provincias, son experiencias incipientes pero entiendo que es fundamental incluir estas enseñanzas en la currícula escolar.

Un periodismo que convive con máquinas

De cara a lo que acerca esta Inteligencia Artificial generativa como el Chat GPT de libre acceso que hace poco lanzó la empresa OpenIA, los periodistas pueden optar por jugar con las muchas posibilidades que ésta ofrece y aprovechar para resolver rápido determinadas tareas como la actualización de noticias en las redes sociales, tal como señala el entrevistado. 

En vísperas del Día del Periodista, se lo consultó sobre la reconfiguración del trabajo periodístico y en su respuesta apareció de algún modo, la puesta en valor de lo que una máquina no puede hacer o los humanos tal vez hacen mejor, como preguntar y repreguntar, analizar, contrastar, chequear datos, cuestionar, buscar información de diferentes fuentes, insistir, esperar y averiguar por un dato específico. 

-¿Qué desafíos plantea la IA para profesiones vinculadas a la palabra y las imágenes como la comunicación social, el periodismo?

-El modo de producción capitalista a partir de 1970 y 1980 está generando automatización de tareas productivas, laborales, recreativas.

Con la robotización se automatizaron muchas actividades manuales. Ahora, esa etapa de automatización de tareas manuales, se complementa con automatización de tareas intelectuales, cognitivas y administrativas. 

Hoy esos trabajadores de cuello blanco, de oficinas, empiezan a ver que muchas de sus actividades ya están siendo automatizadas. 

Por caso, el ingreso de información a fuente de datos, la atención al público a través de una máquina que nos hace elegir entre diferentes opciones, chat bots para sacar turnos en hospitales o reclamar en una comuna, traducción o doblaje de videos. 

Uno empieza a ver una serie de tareas automatizadas. En educación se ven cursos virtuales masivos que son totalmente autoregulados, esto es, el estudiante ingresa, va leyendo, entregando trabajos prácticos y aprobando de manera autoadministrada.

Todo esto no necesariamente implica desempleo pero sí una reconfiguración de algunos trabajos y que las personas tengan que capacitarse para seguir trabajando.

Si tenemos sistemas de IA que pueden generar imágenes, videos, textos, sin dudas se va a modificar la tarea de educadores, comunicadores, periodistas. Esto implica que la escritura de notas periodísticas pueda ser realizada por robot y antes de ser publicados revisados por humanos. 

Esto ya está ocurriendo en medios digitales en Argentina con lo cual se impone una reconfiguración de la tarea periodística con, por ejemplo, la producción de informes periodísticos con dos o tres fuentes, es decir, más profundidad que la que estos bots pueden ofrecer.

-El Chat GPT ofrece un abanico de posibilidades al periodista que le puede agilizar el trabajo, inspirarlo, en un punto. Ahora también puede habilitar la copia, el dato falso, etc. ¿Hay o podría haber mecanismos de contralor al respecto?

-Las fake news son preexistentes a la masividad del uso de IA pero ahora hay que tener más cuidado con la proliferación de noticias y datos falsos porque la circulación de textos, imágenes, videos falsos se va a potenciar mucho más en los próximos años. Habrá que ser más crítico con la información a la cual accedemos.

En cuanto a mecanismos para controlar, hay mucho debate y propuestas de corte social, político y tecnocrático respecto a qué hacer con este rápido desarrollo de IA y en ese marco, se proponen ciertos mecanismos para controlarlo. 

Algunas consisten en poner marcas de agua a imágenes o videos cuando éstos son desarrollados integralmente por IA, o que la nota agregue una aclaración sobre en qué porcentajes fue escrita por IA o humanos. Progresivamente irán apareciendo propuestas para regular este tipo de producciones maquinales.

El tratar de diferenciar la producción humana de la producida por computadoras, es un debate que se nos viene. Insisto, la clave va a ser tener una lectura crítica de la información a la que accedemos.

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