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El Colibrí (Travesía en MI Mayor)

En el unipersonal que escribió y protagoniza, Gonzalo Alfonísn traza “una radiografía subjetiva, uno de los tantos mapas posibles del continente americano”.
América Latina, llevada a escena en una travesía a vuelo de pájaro.

Gonzalo Alfonsín es un artista transhumante formado en diversos campos de la actividad teatral. Esta noche, en el marco de una visita a la ciudad, presentará en el Centro Cultural La Vieja Usina, su unipersonal El Colibrí (Travesía en MI Mayor), en el cual entrega una “radiografía subjetiva, uno de los tantos mapas posibles del continente americano”.

Carlos Marin / [email protected]

Gonzalo Alfonsín es actor, cantante, director, autor y docente teatral. Nacido y formado en Argentina, ha trabajado también en otros doce países de América, España, Bélgica y Emiratos Arabes Unidos. Estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD / IUNA) de Buenos Aires, “y en la escuela de la vida y de los viajes”, acota.

El artista llegó esta semana por primera vez a  Paraná para brindar un taller Intensivo de Bufón denominado “No hay luz sin oscuridad”.  Luego de dictar el taller, presentará esta noche su unipersonal El colibrí (Travesía en Mi mayor). Será desde las 21 en La Vieja Usina (Gregoria Matorras de San Martín 861).

Este unipersonal con música en vivo, fue escrito y es interpretado por Alfonsín y cuenta con producción de Oliverio y Gironda, dúo artístico-pedagógico conformado por  el actor y docente y Denise Mayo (cantautora y docente) con cinco años de trayectoria. Ambos han presentado sus propuestas en centros culturales, festivales y escuelas del interior del país, Uruguay y Perú. Actualmente se encuentran viajando por el país en una gira autogestionada en el marco de la cual la obra llega a la capital de la provincia.

En El colibrí, y a partir de una serie de vivencias que tuvo su autor, la obra traza “una radiografía subjetiva, uno de los tantos mapas posibles del continente americano”.

La puesta propone seguir a un hombre-pájaro que atraviesa el continente americano. Visita ciudades y pueblos, montañas y playas, mares y ríos. Va de un lado a otro, en búsqueda constante “Allí surgen preguntas como ¿Qué es lo que busca e impulsa esa búsqueda? ¿aventuras? ¿amores? ¿su propia identidad? ¿está buscando a Dios? ¿y qué es Dios?. Finalmente, ¿es el hombre que atraviesa el continente, o el continente que atraviesa al hombre?”.

La obra ha sido presentada en salas y festivales de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú,

Ecuador, Colombia y Bélgica. Ha recibido apoyos del INT y PROTEATRO, y el Premio ATINA a la producción de artes escénicas junto con una mención a Mejor Actuación.

La entrada general a la función tendrá un costo de $1200.

TRAYECTO CREATIVO

– ¿Por qué apela al colibrí para el nombre de la obra? ¿Por qué elegir esa figura y no otra de las especies de aves de nuestro continente?

-Elegí el colibrí -aparte de su belleza- porque es el único pájaro capaz de volar en todas las direcciones, y en tal sentido es impredecible;  porque vuela rapidísimo y porque no se queda mucho rato quieto. Y en mi viaje por América, en el cual se basa la obra, yo iba también rápido, me quedaba unos pocos días en cada ciudad. Hay un texto de la obra que dice: “Yo siento que soy como un colibrí, que no me caso con nadie, que no me dejo cazar, voy de flor en flor, de ciudad en ciudad, tomando un poquito de aquí y un poquito de allá… Y dejando también lo mío: mi huella, mi olor a pata”

-¿Cuánto tiempo le insumió realizar este trabajo y cuánto, de sus experiencias en reconocidos grupos latinoamericanos como Malayerba, Abya Yala y otros colombianos y brasileños influyeron en la producción?

-El proceso creativo de la obra duró aproximadamente dos años, desde marzo de 2013 hasta marzo de 2015. Como yo mismo me dirigí, precisé de muchos ensayos y pre-estrenos con miradas externas de colegas y personas amigas que me fueron dejando sus observaciones. En ese sentido una persona importante fue Ciro Zorzoli (Buenos Aires), y otras dos fueron Arístides Vargas y Charo Francés, que vieron un ensayo en la Casa Malayerba de Quito. En ese momento la obra era muy literaria y aburrida. Entonces abordamos un trabajo de sacar texto para incluir acciones, imágenes y canciones. En cuanto a las imágenes fue importante la formación que había hecho yo con el Teatro de los Andes en Bolivia durante el viaje por América; y con respecto al canto fue esencial el trabajo que aprendí con Paula Molinari -maestra brasileña- durante la formación con la Agrupación Abya-Yala en Costa Rica, y con mi maestra Iris Guiñazú en Buenos Aires. Vale decir que una vez estrenada en marzo de 2015, en Brasil, la obra fue mutando todavía bastante durante los primeros dos años de funciones.

-En lo personal ¿qué aportó a su formación “la escuela de la vida y de los viajes”?

-Un montón. Pero es difícil ponerlo en palabras o cuantificarlo. Son cosas que quedan en el alma y en el cuerpo más que en la cabeza. Creo que el conocer otros pueblos y culturas es siempre enriquecedor, porque uno aprende de cada cosa, persona, situación (si es que estás abiertx a ello, claro). Personalmente siento que en los viajes tengo que estar siempre atento, siempre presente, porque te van pasando cosas nuevas todo el tiempo. Y también sucede que al salirte de tu entorno (en el cual sos tal persona, con tal oficio y tales cualidades, y por ende tales limitaciones) tenés mayor libertad para ser lo que quieras ser en cada momento. Puede sonar utópico o naif, pero es un poco así. Y más allá de los viajes, el artista debe intentar estar siempre permeable, observando todo a su alrededor con los poros abiertos, porque todo lo que luego ponemos en el escenario viene de allá afuera, de la vida. Y para mí los grandes maestros -en mi caso los ya mencionados de la rama artística, pero también muchos otros con quienes quizás compartí sólo un rato- son aquéllos/as que te dejan enseñanzas que van más allá de la técnica artística, con el ejemplo de la generosidad y de la humildad.  

Esbozo biográfico

Gonzalo Alfonsin es actor, cantante, director, autor y docente teatral estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD / IUNA) de Buenos Aires, y en la escuela de la vida y de los viajes. Trabajó con los grupos Teatro de los Andes (Bolivia), Agrupación Abya-Yala (Costa Rica), Grupo de Teatro Malayerba (Ecuador), Clowns de Shakespeare (Brasil), LUME Teatro (Brasil), Teatro La Candelaria y Teatro Itinerante del Sol (Colombia). Como actor participó en más de 25 espectáculos. 

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