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Para viajar a la historia de Forclaz, un tenaz molinero

Hay museos y museos. El del Molino Forclaz, cerca de la localidad de San José, es especial. Con diversas estrategias esta institución que desde 1985 es Monumento Histórico Nacional, busca emocionar a los visitantes y transportarlos a otra época.

 

Mónica Borgogno / [email protected]

 

Un brasero doméstico, una máquina de coser con mesa y pie de hierro a pedal, una cama con respaldo de bronce, una tetera y sus finas tazas decoradas de porcelana, son algunas de las piezas que hablan de un pasado, de la cotidianeidad a fines del siglo XIX y principios del XX y también de la trama y vaivenes de una familia que vivió y se entusiasmó con un proyecto. Es el proyecto del molinero Juan Forclaz, hoy convertido en Museo, para que todos puedan conocer la historia de estos empecinados pioneros.

La visita deja ver el interior de la antigua vivienda familiar, los galpones con las herramientas de labranza, el molino de malacate y el aljibe

Ubicado entre las localidades de Colón y San José, en una zona turística por excelencia, el museo invita con distintas estrategias, a su visita. Quien elija las playas sobre la costa del Uruguay para disfrutar en cualquier fin de semana largo, tiene que sumar esta escapada obligada que está bien pensada, resulta atractiva tanto para chicos como para grandes y por sobre todas las cosas, es accesible.

En diálogo con Bien!, Juan Carlos Buet, director del Museo, comentó que no es difícil llegar, en particular desde Paraná hay que tomar la ruta 18 hasta Villaguay y luego empalmar con la ruta 130. Luego el camino está todo señalizado como para no perderse y llegar bien al destino.

En un predio de 5 hectáreas se emplaza el molino a viento y la casa de los Forclaz, de origen suizo, que se empeñó en la producción de harina, dejando su salud y vida en ello, según contó Buet. “Primero se construyó el molino de malacate y luego se trajo el molino de viento con la idea de ampliar la producción, que era una copia de los molinos holandeses -como el de la novela de Don Quijote (Cervantes)-. Es el único de este tipo que hay en todo el país”, detalló.

“Hay que venir a conocerlo. Tenemos visitas guiadas con actores que son vecinos de acá que quisieron recrear historias de la vida cotidiana de esta familia. Mucha gente sale llorando, emocionada, tras estos recorridos teatralizados, que es la visita guiada `de los sentimientos´, tal como la llamamos nosotros. Porque con actores vestidos de época, se cuenta la historia de Juan Forclaz que es la de nuestros abuelos o bisabuelos, de los inmigrantes, de pertenencia a un lugar, de mucho trabajo y sacrificio, que nos toca a todos. Estas visitas reflejan de algún modo el esfuerzo, tesón y sacrificio de toda una cultura que tenía al trabajo como única manera de progreso para obtener el sustento y crecimiento de la familia. Y muchos visitantes conmovidos, después repiten la experiencia cinco o seis veces con amigos o familiares”, subrayó.

Lo emotivo pasa por el empeño puesto en la tarea y las labores, en la insistencia de un proyecto. “Cuando Juan Forclaz compra el molino de viento, lo hace con la intención de ampliar la producción, pero no resulta bien la experiencia. El molino no funcionó como él esperaba lo que le provocó una gran depresión y una enfermedad denominada marasmo -una carencia grave de calorías y proteínas que produce pérdida de peso, pérdida de músculo y grasa y deshidratación, como una anorexia- que termina causando su muerte”, especificó al tiempo que añadió: “En 1860 construyó el malacate para moler granos de trigo y maíz y entre 1888 y 1890 trabaja para poner en condiciones el molino de viento que funcionaba pero no era rentable. Juan estuvo cuatro años probando e intentando regularlo pero el problema principal estuvo en el sistema de aspas que era para el tipo de viento que sopla en Suiza, no para los vientos suaves de nuestra zona. Juan Forclaz era molinero, no era ingeniero y no pudo encontrarle solución al problema de entonces”, puntualizó Buet.

on actores de la zona, el Museo acerca los vaivenes, inversiones y pasiones de esta familia de origen suizo.

Otro siglo, otros modos

Este museo está abierto al público todos los días, menos lo lunes, de 9 a 15 y fines de semana y feriados, de 9 a 17, con un bono contribución por toda entrada, con visitas guiadas a cada hora. En tanto las teatralizadas se organizan para los feriados largos. En lo inmediato, Buet anticipó que las próximas están previstas para el próximo 27 de mayo y 18 de junio a las 15

Mientras que en vacaciones de invierno que es el fuerte de las visitas, serán los sábados 15, 22 y 29 de julio. También tienen visitas nocturnas pero esas se suelen organizar para la temporada estival, según aclaró el director.

Una mujer amasando algún pan cerca del horno de barro, los hombres de la familia acarreando bolsas de harina al hombro, una joven cosiendo y otros más en una suerte de fiesta popular en el patio, son fragmentos de escenas montadas para acercar y trasladar a los visitantes a otra época, costumbres, modos de concebir el trabajo. “Este tipo de visitas teatralizadas, de hora y media de duración, son nuestro caballito de batalla”, resaltó Buet para enseguida agregar unas cifras significativas: “Hace 17 años, cuando me hice cargo venían 1600 personas por año, el año pasado recibimos 25000 personas”.

Primero fue declarado Monumento Histórico Nacional, en 1985 y luego, 18 años después, en 2003, es declarado Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia.

 

Nocturnas

Para cuando llegue el verano se puede agendar la posibilidad de hacer los recorridos nocturnos que de acuerdo a lo informado también resultan atractivos sobre todo para los más chicos. “Se apagan todas las luces eléctricas y se encienden candelabros y faroles como los que se usaban a fines de siglo XIX pero en este caso, la historia la cuentan diferentes duendes, el de las flores, el de los animales, el del patrimonio verde, etc”.

 

PARA TENER EN CUENTA. Al Noroeste de la ciudad de Colón, en una distancia equidistante entre Colón y San José, en el centro de la Colonia San José, se encuentra la concesión que perteneció a los Forclaz, que conserva actualmente esta joya de la arquitectura de la época.

El museo cumple con las directrices de Accesibilidad en Alojamientos y Servicios Turísticos.

Cuenta con silla de ruedas, rampas de acceso y descripción en braile en cada sala. Además, estacionamiento para ascenso y descenso, baños químicos, mesas y bancos adaptados. En la sala de video se proyectan producciones subtituladas.

A través de este sistema, se beneficia tanto a destinos turísticos, productos y productivos de la actividad turística. Tiene como objetivo desarrollar la competitividad del sistema turístico argentino a través de estándares internacionales de calidad, preservando la sustentabilidad social, económica, cultural y ambiental, como así también, implementar entre los actores del sistema un modelo de gestión por resultados mediante el diseño de procesos que respondan al cumplimiento de las misiones institucionales y que puedan ser evaluados fácilmente por los usuarios.

 

Reservas

Los interesados en hacer una visita guiada, pueden recabar más información o reservar turno al teléfono: 03447- 577133. Mail: [email protected]

 

“Mucha gente sale llorando, emocionada, tras estos recorridos teatralizados, que es la visita guiada de los sentimientos”.

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