
El Concejo Deliberante de Paraná resolvió ayer remitir a la comisión que corresponda el proyecto de ordenanza que pretende regular los terrenos lindantes al Patito Sirirí, ubicado en la zona alta del Parque Urquiza.
Néstor Belini / [email protected]
La iniciativa fue presentada por el bloque Creer Entre Ríos. Propone tres aspectos considerados “centrales”: “dilucidar la titularidad y dominio del terreno frente al Patito Sirirí y toda el área en su conjunto; la suspensión por un plazo mínimo de 180 días de todo trámite administrativo relacionado con la explotación del espacio en cuestión; y la conformación de una comisión evaluadora de carácter amplio de la cual participen todas las fuerzas políticas con representación en el Concejo Deliberante, junto con especialistas de áreas técnicas de la Municipalidad y organismos intervinientes en la temática.
El fin de la iniciativa es “estudiar las alternativas en cuanto al destino y uso de ese espacio tan significativo para la vida social y recreativa de los paranaenses, como también para la historia urbanística y ambiental de la ciudad”.
En una entrevista con El Diario que se publicó el domingo 5 de julio, José María Armándola dio cuenta de que es el legítimo propietario de los terrenos de la discordia desde hace más de 30 años.
En este sentido, con tan contundente afirmación pública, llama la atención que los ediles, hoy, necesiten seis meses para corroborar la titularidad del terreno.
Más aún cuando varios de ellos han ocupado, en otras gestiones, cargos en áreas del Estado provincial y municipal vinculados con organismos que tienen la responsabilidad del cobro de tasas e impuestos inmobiliarios. El mejor ejemplo de esta situación es el contador y edil del oficialismo municipal, Sergio Graneto.
Graneto fue director de la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER) en la anterior gestión de gobierno. En su condición de responsable del cobro de los impuestos de los contribuyentes entrerrianos no se le pudo haber escapado que tan importante terreno registrase deudas, las que de haberlo hecho hubiesen sido de una magnitud imposible de no advertir.
Fuentes allegadas al caso señalaron que ATER, en la gestión de Granetto, ejecutó deudas a nombre de Armándola por los terrenos ubicados en calles Alberti y De la Torre y Vera.
Así, las cosas, que en la sesión de ayer haya planteado, invocando un alegado “interés de la sociedad en cuanto a la titularidad de los terrenos”, que es necesario determinarlo, suena a demagogia o a pantalla de humo para desviar la atención de la sociedad de temas más acuciantes y que requieren del mayor esfuerzo que los funcionarios puedan dar en este complejo y difícil momento.
La “conformación de una comisión evaluadora de carácter amplio” suena “puro y cristalino” si no fuera que, como deslizaron fuentes consultadas, no se ha convocado a la misma al propietario de los terrenos.
En una reunión pública, aquel podría exhibir la documentación que asegura tener sobre la titularidad, evitando disponer de un plazo de tiempo tan laxo para corroborar una situación que ya estaría resuelta.
Además, se protegería a la comuna a enfrentar posibles demandas por los potenciales daños que pudieran sufrir los legítimos titulares, quienes se verían impedidos de disponer de sus bienes por una medida extrema.
Otras fuentes consultadas sobre la compleja trama que tiene más de 30 años de urdimbre burocrática y sorteo, con mayor o menor dificultad, de al menos cinco gestiones de gobierno municipales de distintos signos político-partidario, deslizaron que no es ajustado a la realidad invocar un “interés de la sociedad” respecto de la titularidad de los terrenos, sino que obedece más a los “caprichos” de los frentistas de calle Alberti, que perderían el “privilegio” de una vista siete días a la semana los 365 días del año, de un sitio privilegiado de la capital entrerriana, privilegio que algunos paranaenses pueden disfrutar esporádicamente.
El derrotero en la burocracia estatal para determinar la titularidad de los terrenos no admite demasiadas complejidades, más aún cuando quienes hoy hacen públicas sus dudas fueron quienes tuvieron alguna injerencia como funcionarios de otro rango.
En este sentido, otras fuentes deslizaron que el propietario ha cumplido con cada una de las exigencias que se le realizó desde la comuna y la provincia, por ejemplo las que se requirieron para la aprobación del amanzanamiento de los terrenos; la donación de parte del mismo para la apertura de las calles Alberti y De la Torre y Vera; la construcción del colector cloacal que se realizó en 2013, entre otras situaciones determinadas por las normas provinciales y municipales.
Ante este estado de situación, es probable que las potenciales propuestas -que por ahora sólo son ideas-, que sugirieron una expropiación, terminen costándole “mucho” a los contribuyentes de Paraná.
Por ahora, no habrá cambios sobre el predio lindante al Patito Sirirí
Ingresa el proyecto sobre los terrenos lindantes al Patito Sirirí
Armándola: “Hace 34 años, soy propietario de estos terrenos”