Más de 30 años como propietario es lo que exhibe José María Armándola para defender su derecho a llevar adelante un negocio inmobiliario en un predio ubicado frente al Patito Sirirí, sobre calles Alberti y De la Torre y Vera. Convenios y ordenanzas en las gestiones de Humberto Varisco, Mario Moine y Julio Solanas son los instrumentos que enuncia para sostener su posición.
REDACCIÓN EL DIARIO / [email protected]
A principio de la semana que pasó, a través de las redes sociales se conoció un negocio inmobiliario que involucra a terrenos ubicados al final de calle Corrientes, sobre Alberti y De la Torre y Vera, frente al paseo del Patito Sirirí, en la zona del Parque Urquiza. Además de la inquietud que pudo generar en algunos vecinos, alertó especialmente a las autoridades municipales.
Una cronología de los acontecimientos es lo que EL DIARIO solicitó al corredor inmobiliario José María Armándola para que dejara presentado el tema. “Eso fue escriturado en el año 1986. Hace 34 años que, en condominio con otra persona, soy propietario de este terreno. Y desde entonces se empezó a gestionar el fraccionamiento, un tema muy conversado en el municipio. En el año 91 llegamos a un acuerdo, se firmó un acta acuerdo para hacer el loteo. Todas las mejoras iban a cargo de nosotros y se aprobó por ordenanza en 1991. Desde entonces se empezaron a hacer las mejoras que eran muy importantes. Hicimos toda la calle que desciende desde De La Torre y Vera hasta Laurencena. Ahí hubo un trabajo de ingeniería muy importante”.
El entrevistado prosiguió. “En el año 1995 se volvió a firmar otra acta acuerdo para terminarlo y la Municipalidad se hacía cargo de lo que le correspondía a los frentistas de calle Alberti. Eso lo asumía la Municipalidad. Nosotros nos hacíamos cargo de la parte donde somos frentistas, por eso en la calle de la bajada somos 100% nosotros los frentistas o sea que pagamos todo nosotros. Pavimento, agua, cloaca, alumbrado público, todo se lo pagamos.
Y, en 1999, se aprobó por ordenanza también el amanzanamiento y donación de calles. Esa es la historia”, resumió el entrevistado.
En principio los terrenos a los que alude tenían dos propietarios, Armándola y otro, pero después de un tema societario del condominio donde no encontraban un acuerdo, “se resolvió ya la división del condominio y es una parte de esa división lo que se está vendiendo”, precisó.
El predio tiene frente hacia calle Alberti y sobre la bajada continuación de la calle De La Torre y Vera. Puntualizo que “es una fracción de terreno con varios lotes hacia una y otra calle”.
El devenir de sucesos que relató Armándola a EL DIARIO tienen por escenario las gestiones de Humberto Varisco, Mario Moine, Julio Solanas en el año 95 –“cuando se firmó el acta acuerdo principal para realizar las mejoras”- y en el 99, nuevamente Humberto Varisco.
Armándola aclaró que “estos terrenos siempre fueron propiedad de particulares. Nosotros le compramos a una sucesión que venía de muchísimo tiempo. Cuando nosotros los compramos lo llamaban ‘El tartagal’, no lo usaba nadie, -recordó- y está así, lindo desde que hicimos nosotros esa gran inversión. Siempre fue privado y al tener un título de 34 años en nuestro poder, es más que de sobra para un título perfecto”, una expresión legal vinculada al derecho sobre la propiedad transcurrido un determinado lapso.
“Absolutamente, estoy al día con los pagos de impuestos”, contestó ante la consulta y agregó que “a pesar de que el municipio lo estaba usando, yo seguí pagando las tasas, nunca tuve el beneficio de no pagarlas”, comentó para desmentir algunas versiones de la que, dijo, haber tomado conocimiento. “Siempre pagamos”, insistió.
Sobre la intervención del Concejo Deliberante, en distintas gestiones, confirmó que “participaron todos todas las veces que salió una ordenanza” vinculada a este predio, las mejoras, el parcelamiento.
–¿Tiene hechos estudios sobre la estabilidad de esos terrenos?
–Eso era antiguamente una cantera. Cuando hicimos la cloaca hubo que romper con martillo neumático para poder hacerla. Los terrenos son sumamente estables en ese lugar. Es el mismo manto de piedra donde está el edificio de la Unión Suiza que es muy grande y que está construido directamente sobre la barranca a pique, pero sobre piedra.
–¿Es apto para levantar construcciones entonces?
–Claro, la altura permitida en ese lugar es 9,5 metros o sea que no va a haber grandes construcciones.
–¿A qué atribuye el desconcierto que generó la publicación de su emprendimiento?
–Sorprende, pero en las redes sociales he visto comentarios a favor en el sentido que siempre se supo que es privado, mucha gente en Paraná sabe que eso es nuestro y obviamente, estábamos conscientes que en el momento que hiciéramos el movimiento de venta, algún tipo de reacción iba a haber. Pero, estamos totalmente tranquilos porque estamos dentro de la ley.
–¿Fue convocado por el intendente, concejales, algún funcionario?
–No, no creo que corresponda pero si lo hacen no tengo problemas en hablar con ellos.
–¿Para avanzar en su emprendimiento, tiene pendiente algún trámite en las dependencias municipales?
-No, ninguno. Incluso, la ordenanza de aprobación dice expresamente, los terrenos de propiedad de Fulano y Fulano. Es más, como hemos pasado todo tipo de situaciones económicas, en un momento hasta tuve un juicio por cobro de tasas y ¿a quién se le hizo el juicio? Eso también tengo documentado.
-¿Las mejoras están hechas sobre el predio total o solo sobre los de su propiedad?
-En los dos. Es más, la salida a Laurencena también forma parte del convenio. Ahí nos pidieron que hiciéramos esa pequeña plazoleta que hay, para conservar unos árboles. Esa parte ya es terreno municipal o no sé de quién. O sea que hicimos mejoras dentro de nuestro terreno y hasta en otro que no es nuestro. Y la curva (en la calle que baja hacia Laurencena) en la parte de arriba, cerca de De la Torre y Vera, también tuvimos que trazarla dentro del terreno. Donamos ese pedazo de calle para evitar la casa que ahora está en venta y que está prácticamente enterrada, que da a Güemes. Esa casa estaba construida en la calle. Creo que en la década del 60 le adjudicaron una parte de la calle porque pensaron que nunca se iba a hacer. Para no perjudicar a esa persona, nosotros tuvimos que perder ahí metros de terreno.
–¿Aparecieron interesados en los terrenos?
–Vendo la tierra y quien compre para construir tendrá que ajustarse a las normas vigentes. Hay muchos interesados, sí.
Expropiación
Solo durante el período 87/91 sobrevoló la posibilidad de expropiar esos terrenos. Armándola recordó que “en la intendencia de Mario Moine, en la primera entrevista que tuvimos se habló de este tema. Le planteé en ese momento que, si el municipio tenía interés en comprarlo, que se empezara a conversar y de lo contario, que no se trabara ningún tipo de gestión que fuera a hacer. Nos pidió 30 días y al cabo de ese plazo nos contestó que al Municipio no le interesaba esa inversión, que podía tener espacio verde en otro lado, y que económicamente no le parecía que correspondiera hacerla”.
Explica que “continuamos con el trámite que terminó con todo aprobado y con todas las mejoras que hicimos. Esa fue la única vez que hablamos de este tema”, en referencia a la posibilidad de que se expropiaran.