Ocurrió en la audiencia de ayer. Al cierre de la prueba testimonial, el acusado declaró que el día del crimen solo estaban junto al cadáver su hermano Martín y su sobrino Sergio Alejandro Flores. Añadió que, ante la escena, hizo un gesto como significando “qué hicieron” y vio a su hermano con un arma.
Redacción EL DIARIO / [email protected]
Facundo José Siegfried declaró ayer y endilgó el crimen de Alejandra Silva, alias Rucu, a su hermano Martín Siegfried. También negó haber mantenido una relación de pareja con la víctima, que el día del hecho cumplía 28 años.
Reconoció que le daba cocaína a Silva y sus hermanas, “para que vendieran”.
También declararon dos peritos respecto de las pericias de dermotest y la autopsia, respectivamente. Mañana será la etapa de alegatos.
La acusación va por la prisión perpetua por el delito de Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género.
Siegfried se declaró “inocente” del crimen de Silva, de quien dijo que la conoció el 9 de mayo de 2018, cuando celebraba su cumpleaños.
ACLARACIÓN
En un momento de su declaración se entendió que dijo, a pocas palabras de negar la relación, que mantuvo una relación de un mes con la víctima, lo que fue advertido por un vocal del Tribunal, que le pidió que aclarara ese punto.
Siegfried no sonó convincente con su respuesta, que se caracterizó por algunas dudas ante las preguntas y repreguntas de la fiscal coordinadora, Matilde Federik.
El imputado también reconoció que el día del hecho, cuando cumplía arresto domiciliario con su hermano y su sobrino por una causa por narcomenudeo, en la que terminó condenado, mantenía un “negocio” con Silva y su hermana, consistente en la entrega a las jóvenes de cocaína para comercializar.
También reconoció que el día del hecho andaba armado por protección por el ataque en el que fue herido de bala, un tiempo atrás.
GESTO
Respecto del día del femicidio, en síntesis, sostuvo que hizo algunas cosas cotidianas y se fue a dormir. Manifestó que lo despertó un disparo y salió armado.
En esas circunstancias, declaró que vio a su hermano Martín, parado al lado del cuerpo sin vida de Silva, con un arma en la mano. Al lado de su hermano, añadió que estaba su sobrino, Sergio Alejandro Flores.
Agregó que ambos salieron corriendo hacia la casa de una hermana suya, a dos cuadras del lugar del hecho.
Recordó que hizo un gesto con la cabeza, en la audiencia lo repitió meneando la cabeza para ambos lados, como diciéndoles “qué hicieron”.
Ayer cerraron la etapas de prueba testimonial el médico forense del Cuerpo Médico Forense de Tribunales, Luis Moyano, que se refirió a dos informes que realizó en el legajo; y la funcionaria de la Dirección Criminalística, de la División Química Forense y Toxicología de la Policía de Entre Ríos, Verónica Godoy, que lo hizo respecto de las pruebas de dermotest que se le realizaron a ambas manos de Facundo y Martín Siegfried, y Silva, que dieron todos negativos; y de la ropa de los tres y de Flores, que en algunas prendas dio positivo.
El hecho
Alejandra Silva, alias Rucu, tenía 28 años y era madre de dos niñas, cuando el 24 de septiembre de 2018, alrededor de las 19 -el día de su cumpleaños-, recibió un disparo de arma de fuego en la cabeza, al lado de la oreja, con orificio de entrada y salida, que le quitó la vida.
El hecho ocurrió en una casa ubicada en calle Dugratty, en barrio El Morro, en una calle de tierra que a la izquierda tiene la casa de la familia del imputado y lugar del hecho, y a la derecha una barranca.
Allí estuvo Silva y su hermano Martín, que en el inicio de la causa estuvo sospechado, pero luego fue desvinculado. En aquel momento, los hermanos se encontraban cumpliendo un arresto domiciliario por una causa por narcomenudeo.
Careo
Siegfried manifestó que todos los testigos en su contra mintieron, añadió que no se iba hacer cargo de algo que no hizo, no pudo explicar convincentemente por qué sus anteriores defensas no aportaron testigos en su favor, y pidió un careo con su hermano y su sobrino.
El Tribunal por unanimidad, resolvió no hacer lugar al pedido. Sostuvo la medida en que por los mismos motivos por los que se resolvió por pedido de Fiscalía, que el debate se celebrara parcialmente a puertas cerradas para proteger los testigos, no iba a promover un encuentro cara a cara.