Manos de Esperanza: Bajo el lema “Nadie se salva solo” un grupo de voluntarios trabaja de forma desinteresada para brindar ayuda a chicos y adolescentes del barrio San José. Reciben donaciones de alimentos, ropa y calzado y, actualmente, llevan adelante una campaña de recolección de útiles escolares.
Diamela González /[email protected]
En marzo de 2020, cuando el presidente Alberto Fernández decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio debido a la pandemia de Covid-19, la sensación de alerta e incertidumbre golpeó más de una puerta.
En ese entonces, en Argentina se registraban 97 casos de coronavirus en 11 provincias, y se contabilizaban tres muertes. La imagen de la ciudad deshabitada es un retrato que difícilmente se vaya de nuestra memoria.
Ante esta angustiosa situación, un grupo de amigos de la zona de calles Hernandarias y Bonnell del barrio San José de Paraná, decididos a ayudar a aquellos vecinos que no podían salir a trabajar debido a las restricciones, puso en marcha el merendero Manos de Esperanza.
MANOS A LA OBRA
Lejos de quedarse de brazos cruzados esperando que las soluciones lleguen solas, pusieron manos a la obra y continúan hasta el día de hoy aportando su cuota de solidaridad.
«Nadie se salva solo» fue la premisa sobre la cual partieron y la que los impulsa a seguir. Para conocer en profundidad acerca del trabajo que llevan adelante, EL DIARIO se comunicó con Virginia Annichini, una de las voluntarias.
Al referirse a los inicios, comentó que “arrancamos después del confinamiento ya que la mayoría de las familias del lugar trabaja haciendo changas, o bien realizan tareas de albañilería, domésticas o elaboran alimentos. En aquel momento, empezamos con una olla popular que incluía almuerzo y merienda tres veces a la semana. Una de las vecinas, Mariela, junto a su familia, nos prestaban el patio para cocinar y servir las raciones de comida”.
APOYO ESCOLAR
A medida que se fueron habilitando las salidas y la vuelta al trabajo, el merendero tomó otro rumbo: decidieron ocuparse entonces de la educación de los niños y adolescentes del barrio, ya que muchos de ellos no habían podido cumplir con sus tareas escolares por falta de recursos en materia de comunicación y apoyo escolar en sus hogares.
“Fue entonces que nos mudamos a un predio de fútbol, que tiene una cantina que un amigo concesiona, en cercanías del barrio” explicó Annichini. Actualmente, Manos de Esperanza brinda apoyo escolar los días martes y jueves de 15 a 18, aportan materiales de estudio y también sirven una merienda a los chicos.
CAMPAÑA Y DONACIONES
Al merendero asiste un grupo de 30 chicos. Consultada por EL DIARIO acerca de las donaciones que llegan, Annichini señaló que “a través de nuestras redes sociales se puede ver el trabajo que llevamos adelante desde hace tres años y la mayoría de las cosas que llegan provienen de amigos, familiares y conocidos”.
Reciben donaciones de galletitas, azúcar, chocolate y leche; y también ropa y calzado, para edades que van desde los 4 hasta los 17 años.
En este momento, además, se encuentran trabajando en una campaña de recolección de útiles escolares. “La hacemos siempre que inicia el año y aceptamos insumos nuevos o usados en buen estado. Armamos los kits y los entregamos a los niños y adolescentes que atraviesan situaciones de mayor vulnerabilidad económica” agregó la entrevistada.
VOLUNTARIADO
Por otro lado, Virginia indicó que otra de las necesidades con las que cuenta el merendero es el voluntariado.
“Necesitamos la colaboración desinteresada de personas que quieran y puedan acercarse al menos una vez por semana, dos horas, para ayudar a los chicos a realizar sus tareas” especificó.
Seguidamente, detalló que “el apoyo escolar está destinado principalmente a aquellos que asisten a la escuela primaria, por lo cual no es necesario ser docente o profesor, sino tener conocimientos básicos de matemáticas y lecto-escritura y por supuesto contar con ganas de acercarse y compartir tiempo con ellos”.
Actualmente, son cinco los voluntarios que forman parte. “También hay muchos padrinos y madrinas que nos acompañan gestionando y consiguiendo los materiales para seguir trabajando. Ellos son un pilar fundamental en este trabajo que llevamos adelante” finalizó Annichini.
Cómo ayudar
Eduardo Galeano expresó alguna vez que “mucha gente pequeña, en sus lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Quienes deseen colaborar con el merendero, extender su ayuda a los voluntarios o acercar sus donaciones, pueden hacerlo comunicándose a través del facebook Manos de Esperanza.
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