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    Parque Mutio, un paraíso natural desaprovechado

    Para una ciudad que no para de extender su mancha de cemento mientras se urbaniza, es una pena que no le haya dado aún la importancia que tiene un espacio natural inaccesible que, desde el río, se proyecta como una barrera en el borde suroeste. Es el Parque Mutio, un paraje cuya riqueza agreste espera ser puesta en valor.

     

    Natalia Strack

    [email protected]

    A 20 minutos del centro cívico, en el suroeste, Paraná cuenta con un área de excepcionales condiciones naturales que no sólo está absolutamente desaprovechada, sino que resulta desconocida para la mayor parte de sus residentes.

    Se trata del Parque Mutio, que cuenta con 7 hectáreas dispuestas en una franja de terreno que termina en el río Paraná. El área posee una incalculable riqueza en flora y fauna silvestre, desplegada en una superficie similar a la que actualmente ocupa el Parque Gazzano.

    Para llegar a esta reserva natural, también conocida como paraje Las Piedras, hay que ingresar por calle Juan Báez -a través de las avenidas Ramírez, Ejército o Selva de Montiel- y tomar hacia la derecha hasta los anegadizos.

    Igualmente, quien quiera acceder a esta área silvestre deberá desviarse varias cuadras para dar con el ingreso al parque desde el este. Es que, por estos días, está clausurada la entrada habitual por calle Juan Báez, debido a la existencia de un cerco que delimita una obra del Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda.

    Una vez que se haya bordeado el predio, un eventual visitante se encontrará con otra dificultad: no tendrá forma de percatarse de que llegó a destino, ya que no existe ninguna señalización que así lo indique.

    De hecho, tampoco hay un camino abierto que llegue al río; en el trayecto, sólo se puede advertir la presencia de árboles y vegetación que obstruyen el paso, además de pequeñas lagunas de agua estancada.

    Dado que el Parque Mutio es un espacio público, hay un par de aspectos que llaman la atención. En primer lugar, un cartel con la leyenda “Propiedad privada”. Y, más allá, cerca del río, la presencia de viviendas en construcción. La primera impresión es que se trata de personas que viven allí y que no son parte del personal destinado a preservar la protección del área natural. Corresponde advertir que, al haber perros sueltos, tampoco hay seguridad garantizada para quien ingrese al predio. La idea de que es territorio de nadie se completa con el hecho de que algunos ciudadanos denunciaron la extracción de tierra y broza por parte de empresas privadas.

    El Parque Mutio es un espacio verde que la ciudad podría incorporar.

    Fuentes

    EL DIARIO intentó confirmar una serie de informaciones referidas al predio, pero sólo se encontró con ideas generales, aproximaciones y especulaciones, que no hacen más que agregarle una cuota de incertidumbre al presente y futuro del parque.

    En ese sentido, se constató que, en 2005, un grupo de vecinos preocupados por la situación de abandono de este sector de la ciudad, decidió reunirse para difundir la existencia e importancia del espacio, a través de la producción de folletos. En estos materiales se consignaban las características de la flora y la fauna existente. En ese listado patrimonial aparecían espinillos, algarrobos, curupíes, talas, coronillos, ingáes, ceibos, sauces y alisos, camalotes, juncos, repollitos de agua, lentejitas de agua, helechos de río y cortaderas; además de garzas, patos sirirí, patos crestón, calandrias, palomas de monte, torcacitas, juanchiviros, zorzales blanco y colorado, horneros y cotorras.

    Al mismo tiempo, se informaba sobre las hectáreas que conforman el parque, la manera de acceder, la ordenanza que respalda su protección, los objetivos de la iniciativa y la definición de Área Natural Protegida.

    La iniciativa fue acompañada por diferentes organizaciones de la zona. Finalmente, pese a los esfuerzos, desistieron de la idea a causa del cansancio provocado por la falta de respuestas desde el municipio.

    Al menos en ese momento se podía ingresar al predio, hoy, esa ya no es una opción válida.

    La acción institucional más reciente fue un pedido de informes por parte de los concejales del bloque Paraná Futura. La respuesta firmada por la Secretaría de Obras Públicas, el 3 de septiembre de 2021 brevemente afirmó: “La Dirección General de Parques y Paseos indica que no se han llevado a cabo iniciativas sobre el Parque Muttio” y que “la Subsecretaría de Obras por Contratación informa que no se cuenta con obras a la fecha con respecto al sector de referencia”.

    Los orígenes

    La respuesta del Departamento Ejecutivo habilita un asterisco con nota al pie, vinculado a si el nombre del parque se escribe con una o dos T. Si bien en los instrumentos oficiales consultados se escribe “Muttio”, debe señalarse que quienes donaron esos terrenos fueron los hijos del histórico dueño, Pedro Mutio, luego de que falleciera. El apellido es de origen vasco, no italiano, por lo que se escribe con una T.

    Entonces, los hijos del benefactor, Inés, Juan Carlos, y Roberto, y un sucesor -que lleva el mismo nombre que el padre de los nombrados- fueron quienes “ante un marcado interés por expropiar las siete hectáreas pertenecientes a la familia Mutio, durante el gobierno de Raúl Lucio Uranga, decidieron donar las tierras para evitar la acción con el fin de que se preserven como áreas naturales”. Así lo confirmaron ante EL DIARIO dos nietos de Pedro que, actualmente, insisten en la recuperación del parque.

    Si bien hubo una época en la que se realizaron obras en función de lo que establecían las ordenanzas, a partir de las cuales se construyeron parrillas y ambientaron el espacio para que fuese destinado a un camping público; posteriormente fue destruido y denegado el acceso.

    Hace años un grupo de vecinos intentó visibilizar la riqueza del Parque Mutio.

    Preservación

    Como fuera señalado, en los distintos escritos legales estos terrenos figuran como Parque Muttio, con doble T. La ordenanza n° 7.305, sancionada el 31 de octubre de 1990 establece las características que tendrá el “Programa de Preservación Cultural, Histórico, Monumental, Arquitectónico – Urbanístico y Ambiental de la Ciudad de Paraná”. Allí se consigna que “este programa tiende a conservar y preservar bienes muebles, inmuebles, zonas, áreas o lugares con valor o significación cultural, histórica, documental, edilicia, urbanística, paisajística, natural o ambiental de la Ciudad de Paraná”.

    Por su parte, la ordenanza n° 8.542, sancionada el 28 de septiembre de 2005 modifica 12 artículos de la preexistente ordenanza n° 7.348, sancionada el 20 de marzo de 1991. El documento afirma: “Declárase Reserva Natural de Flora y Fauna (a la zona) conocida como Parque Muttio y dentro de los límites y linderos ubicados en el Paraje Las Piedras, en la Zona de Anegadizos”. Asimismo, en el último punto del artículo 2 se detalla la prohibición de cualquier “tipo de extracción y/o excavación de tierra y/o broza que pueda producir alteraciones en el equilibrio ecológico o alteraciones al paisaje natural actual”.

    También se detalla la construcción de un cerco perimetral para la preservación de las especies animales y vegetales; un área específica para la construcción de mesas y parrillas; un salón y baños destinados a albergar a contingentes de visitantes en donde podrán realizar talleres de concientización en resguardo del medio ambiente; y cestos de recolección de residuos. Además, a fin de lograr un mejor funcionamiento de la reserva, se establece que representantes del Departamento Ejecutivo Municipal podrán organizar conjuntamente con organismos intermedios, ONG, Eco Clubes, Amigos del Árbol y demás, las actividades y visitas guiadas a efectos de un mejor aprovechamiento del lugar.

    Por su parte, la ordenanza nº 7.961 fue sancionada el 30 de septiembre de 1997. La norma adhiere a la ley nº 8.967 que crea el sistema provincial de áreas naturales protegidas. En esa disposición se especifica que: “No se permitirá ninguna presencia capaz de provocar perturbación o alteración de sus ambientes naturales, ni la residencia o radicación de personas, con excepción de las necesarias para la administración del área y las investigaciones que en ellas se realicen, dispuestas por la autoridad de aplicación”.

    Asimismo, incluye al Parque Mutio en el listado de áreas naturales protegidas, cuyo objetivo principal es “integrar la conservación, el uso sostenible y el manejo de las Áreas Protegidas en el desarrollo de políticas socioculturales, económicas y ambientales, y el pleno disfrute de los bienes y servicios que brinden a la sociedad”.

    Como se advierte, son notables las diferencias entre lo establecido en las normas municipales y provinciales y la realidad del Parque Mutio. Si bien Paraná se caracteriza por contar con espacios verdes de volumen que la identifican (como los parques Urquiza, Varisco y Botánico, y la Toma Vieja), el crecimiento demográfico obliga a pensar en cómo ampliar la superficie de esos pulmones ciudadanos. Si se dieran ciertas condiciones, el Parque Mutio podría cumplir esa misión a la perfección.

    Pese a que está prohibido, es evidente que se producen en el Parque Mutio extracciones de tierra y broza.

    Contacto con la naturaleza

    El espacio verde de volumen por antonomasia de la ciudad de Paraná es el Parque Urquiza, ícono de la capital provincial. Ocupa una superficie de 44 hectáreas y está plenamente integrado a la dinámica urbana de residentes y turistas.

    Otros espacios por el estilo, ya consolidados, aunque de menor extensión, son la Toma Vieja, el Parque Gazzano, y el Parque Botánico, cada cual con sus características.

    El predio de la Toma Vieja cuenta con sectores con asadores, camping, y recreación, como piletas y canchas para practicar deportes.

    El Parque Gazzano posee un característico lago central, con la presencia de gansos y tortugas, y los paseos en bote que parecen imitar a escala pequeña el Parque Independencia de Rosario.

    A la vera del Acceso Norte, el Parque Botánico ofrece una amplia planicie para matear, y para pasar el día, con rincones con juegos infantiles y sendas para andar en bicicleta o caminar en un entorno arbóreo privilegiado.

    Al oeste del arroyo Antoñico se despliegan las 96 hectáreas del Parque Varisco, aunque una parte mínima de su superficie se encuentra en condiciones de ser utilizada por familias y grupos de amigos. Existe allí el proyecto para instalar un observatorio astronómico que seguramente generará un intenso movimiento de personas. Desde esos balcones naturales se obtiene una vista fantástica del río Paraná.

    El más reciente de los espacios verdes con los que cuenta Paraná es el Parque Lineal del Sur. Desde la intersección de Avenida de Las Américas y Luis Noaco, hacia el este, se construyó recién la primera etapa de un proyecto ambicioso que llegará hasta el límite de la ciudad.

    El listado se completa con la Isla Puente, un paisaje islero que fue adecuado para que lo puedan recorrer distintos contingentes de manera segura.

    En este panorama, el aporte del Parque Mutio sería similar en algún sentido al del Islote Municipal, aunque el paisaje en el Paraje Las Piedras es propio de los montes nativos y de los anegadizos.

     

     

     

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