Desde 2020, el joven concordiense está radicado en Europa y se desempeña como jugador del Pallamano Vigasio, equipo que milita en la Serie A2 del balonmano de Italia. “Me cambió la vida, y disfruto de vivir y jugar este deporte”, dijo.
KEVIN RIVERO / [email protected]
El 2020 fue un año de cambios para todas las personas. La pandemia del Covid-19 provocó un cimbronazo a nivel mundial y muchos proyectos tomaron otros rumbos de los previstos, como fue el caso de Facundo Larocca.
Mientras se encontraba radicado en la ciudad de La Plata, donde llevaba a cabo la carrera universitaria de profesorado de Educación Física, el concordiense recibió la llamada de un amigo que le propuso trasladar su talento como jugador de handball a Italia y, sin imaginárselo, encontró una puerta que le cambió la vida completamente.
De esta manera, el extremo surgido deportivamente en el Club Salto Grande, con paso por el equipo de la Universidad Nacional de La Plata durante su etapa como estudiante, armó las valijas y se trasladó al territorio italiano para vivir y representar profesionalmente al Pallamano Ragusa, elenco que competía en la Serie A2. Ese fue el comienzo de la historia que un año después le agregó un capítulo más representando al Pallamano Vigasio, en la misma división.
El entrerriano, de 26 años, actualmente desempeñándose en el elenco situado en la pequeña localidad perteneciente a la provincia de Verona, dialogó con MUY y dio cuenta de su historia.
–¿Qué significó para vos mudarte a Italia?
–Sinceramente, me cambió la vida, sobre todo porque comencé a jugar al handball desde muy grande. Tuve que trabajar para pagar mis gastos y nunca fui una persona que soñaba con ser profesional o jugar en el exterior, ya que cuando empecé a practicarlo, lo hacía de manera recreativa. En el camino me pasaron un montón de cosas positivas y negativas, pero siempre intenté disfrutar y sacar el mayor provecho a cada situación. Entonces, hoy, estoy feliz de estar en Italia llevando una rutina que nunca había imaginado, teniendo en cuenta que acá puedo entrenar tranquilo, comprarme los alimentos adecuados que necesita un deportista y no estar todo el tiempo pensando en cómo generar dinero para saldar los gastos necesarios de todos los días.
–Entonces, según tu experiencia, ¿era muy complejo jugar al handball en Argentina?
–Sí, es difícil sustentarte y tenés que estar poniendo plata de tu bolsillo para cubrir los diferentes gastos. Me gustaría que esta situación cambie en algún momento; que nuestra disciplina progrese y que existan competencias más profesionales para que los jugadores cuenten con posibilidades como las que estoy disfrutando en Italia. No tengo dudas que hay muchos chicos talentosos en las distintas provincias, pero falta la infraestructura y el dinero para lograr un mayor desarrollo, e incluso, a veces, hasta no se lo toma como una prioridad al deporte. Es un sueño que los chicos que tienen capacidades para llevar adelante este deporte puedan soñar con llegar más lejos, pero lamentablemente nuestro país no atraviesa el mejor momento.
–¿Y cuáles fueron los cambios más positivos que encontraste en Italia?
–Muchos. Principalmente en la organización. Hay una gran diferencia en la estructura, en los viajes, la indumentaria, el dinero y el abanico de oportunidades que existen. Estar en un club te abre muchas puertas para poder tener una buena experiencia porque para muchos deportistas argentinos, Italia es el primer paso para construir otro futuro en Europa.
–¿Te costó la adaptación a la nueva vida cotidiana?
–Sí, al principio me costó un montón porque no sabía hablar el idioma y en los primeros meses lo sufrí hasta para manejarme con cuestiones básicas como ir a comprar algo a un supermercado. Además llegué cuando en el medio estaba la pandemia del coronavirus y había muchas restricciones; por lo tanto, era muy complejo conocer personas o acercarse a hablar con alguien. Pero, por suerte, después de varios meses fui tomándole la mano y me terminé adaptando.
–En lo deportivo, ¿qué nivel de handball te encontraste en la Serie A2?
–El nivel y la calidad de los torneos varían según la región y los proyectos particulares de cada club, ya que las ligas no son tan amateurs como en Argentina. Si tengo que realizar una comparación puedo decir que la Serie A1 tiene un juego similar a la Liga de Honor de nuestro país; sin embargo, también tengo que destacar que puede haber una disparidad entre un equipo que ocupa los primeros puestos y otro que se ubica en la parte baja de la tabla de posiciones.
–Por último, ¿cuáles son los objetivos que te planteaste?
–Desde el primer momento me propuse ser competitivo y mantener la regularidad en mi nivel en la mayor cantidad de años posibles. Además, deseo seguir creciendo académicamente, lograr una estabilidad económica y en lo deportivo estar muy vinculado al handball todo el tiempo que pueda, disfrutando de lo que hago dentro y fuera de la cancha. Por otro lado, no me pongo un techo porque no me interesa y solamente quiero seguir en competencia porque es lo que me gusta.
DATOS
Facundo Larocca comenzó a jugar al handball en el Club Salto Grande, en su ciudad natal de Concordia y, luego, se trasladó a Buenos Aires para estudiar la carrera universitaria de Profesor de Educación Física y vestir la camiseta de la Universidad Nacional de La Plata.
En septiembre de 2020, el extremo que también puede jugar como lateral, se mudó a Italia y jugó en Pallamano Ragusa (Serie A2); mientras que en el 2021 comenzó a representar al Pallamano Vigasio.
VIGASIO
Es una localidad italiana de la provincia de Verona, ubicada en la región de Véneto (octava por tamaño en Italia). Según las últimas estadísticas, Vigasio cuenta con 9.000 habitantes aproximadamente.