Los problemas socioeconómicos afectan sensiblemente a los sectores más postergados y también a las organizaciones que sostienen con mucho esfuerzo comedores y merenderos. Estos espacios brindan acompañamiento y contención a personas de diferentes edades.
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Cada día aumenta la preocupación por parte de un elevado porcentaje de la sociedad ante la incertidumbre de poder acceder a un plato de comida. Los precios suben, así como el desafío de quienes asumen la tarea de brindar posibilidades de satisfacer necesidades básicas ajenas.
“Les damos ese abrazo que muchas veces no tienen en sus casas”, afirma Liliana Godoy, quien comenta el panorama de dos comedores y detalla la necesidad de donaciones para sostenerlos.
Godoy pertenece al Centro Comunitario Solidaridad del cual dependen los comedores comunitarios Luis Pacha Rodríguez, en el barrio Belgrano, y Los Gurises, en el barrio Presidente Perón.
El primero está ubicado en Pronunciamiento 631, se creó hace 37 años y, según Liliana, la situación del mismo cambia año tras año. Al estar al lado del Centro de Salud Manuel Belgrano se trabaja en conjunto con los profesionales para controlar a abuelos y chicos.
Los Gurises existe hace 22 años y concurren vecinos de Villa Mabel y Villa 351, principalmente. Al Luis Pacha Rodríguez concurren alrededor de 400 personas cada mediodía. A Los Gurises van 360 vecinos por las tardes. Hay familias numerosas que tienen hasta siete integrantes. A veces hay adultos mayores que asisten solos o de a dos a buscar la vianda ya que no hay diferenciación de edad.
En cuanto al menú que se ofrece diariamente, los lunes se sirve un plato de guiso; los martes sopa y ensalada mixta de pollo o carne; los miércoles tallarines; los jueves hay pastel de papa o hamburguesa con ensalada de arroz o fideos; y los viernes hay milanesa con ensalada o pata de muslo al horno. Todo con su respectivo postre.
OTRAS ACTIVIDADES. “En ambos comedores hay talleres de costura, apoyo escolar, recreación y talleres de panadería. Cuando hay tormentas se ayuda a los barrios pidiendo colaboración de ropa, calzado o materiales. A su vez, trabajamos con el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (COPNAF) para asistir asuntos que así lo requieren por su grado de complejidad”, indica Godoy.
En este momento están recibiendo alimentos para las fiestas de fin de año como garrapiñadas, pan dulce, bebidas, entre otros. Se pueden llevar los productos a ambas direcciones desde las 5:30 hasta las 12 del mediodía y a las 11 se reparten las viandas.
Por otro lado, se encuentra el merendero Padre Pío. Cecilia Pedemonti es la coordinadora de este grupo en la parroquia Santo Domingo Savio, ubicada en el barrio Santa Lucía. Esta agrupación surgió en junio del 2020, en contexto de pandemia, cuando miembros de la comunidad religiosa decidieron comenzar a armar bolsones compuestos por alimentos básicos como leche, facturas y galletitas, con el objetivo de ayudar a quien lo necesitase. En la actualidad hay alrededor de 30 voluntarios que colaboran en la recolección, armado y distribución de los alimentos.
“Luego quisimos ir por más y agregamos bolsones de alimentos no perecederos. En la actualidad los entregamos el último domingo de cada mes, nos reunimos con las familias en el templo y rezamos el rosario mientras van pasando a retirar los bolsones”, comenta Pedemonti, quien detalla que actualmente arman alrededor de 115 y 120 bolsones por ocasión. “Se crean en las instalaciones de la parroquia y absolutamente todo se sustenta con donaciones que la mayoría de las veces son anónimas”, finaliza. Para identificarlos, llevan un listado de las familias con sus datos personales con el fin de priorizar a las de la zona de la parroquia.
Además, el Merendero Padre Pío reza el rosario cada martes ya que entienden que su apostolado significa estar cerca de los enfermos y de los que menos ingresos económicos tienen.
“Las necesidades son muchas”
También está el merendero MultiColor, cuya ubicación es en calle Juan B Justo 1570. Según miembros del espacio, asisten 50 niños de diferentes edades y ayudan a un total de 37 familias con las viandas que se entregan los martes, jueves y viernes para el momento de la cena.
Asimismo, los lunes y miércoles se ofrece la merienda a los niños que concurren al merendero.
“Las necesidades son muchas. En cuanto a comidas, nos faltan verduras, papas y alimentos frescos. Pero, en este momento, lo que más se necesita es que alguien coloque un tanque para tener agua de reserva porque hoy no sale agua y ya no se puede trabajar. Tenemos huerta, pero por la falta del servicio y el calor del sol, se nos dificulta la producción”, afirman desde el centro comunitario.
Los cuatro comedores y merenderos comunitarios poseen sus cuentas en Facebook con sus respectivos nombres como un medio de contacto para recibir donaciones.