sábado , 4 mayo 2024
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La vida y la danza en la misma sintonía 

Estela y Víctor son los directores de la Escuela de Biodanza de Paraná, ubicada en el Acceso Norte. 
Conectar con el propio cuerpo, con el entorno, con los otros. Deconstruirse para construirse de cero. Redescubrirse, reeducarse, replantear los mandatos incorporados y que la danza sea el medio para lograr reinventarse. Estela Gariboglio, directora de la Escuela de Biodanza de Paraná junto a Víctor Beziner, charló con BIEN! acerca de esta actividad que forma parte de su modo de entender la vida. 

“Encontré la biodanza en un momento de vacío muy fuerte, de bifurcación de caminos, de búsqueda, recién separada y con una niña pequeña. Trabajaba muchas horas para subsistir y no podía aceptar que esa fuera mi realidad. En 1992 comencé y me formé en Buenos Aires. Desde ese momento conocí a mi pareja, Víctor Beziner, con quien abrimos la escuela en Paraná, la cual dirigimos actualmente”.

Estela Gariboglio creció en un pueblo y recuerda con cariño su infancia, en la que “se veía poca televisión, jugaba con los demás niños, tenía contacto con la naturaleza y tiempo para aburrirse”. Según afirmó, hubo heridas profundas que derivaron en que durante mucho tiempo mantuviera una visión sobre la vida, pero “luego supo que eso era un trampolín, abrazó la niña herida y nació la mujer sana”. 

En qué consiste la biodanza

Según Estela, se trata de una actividad en la que recuperamos la vitalidad con la base en la salud, en reforzar nuestra identidad. Despertamos la creatividad, buscamos que cada quien sea su propia obra internamente y para con el entorno. “Analizamos los mandatos familiares, hemos recibido cosas maravillosas, pero también otros que no nos identifican y nos genera culpa cuando no los seguimos. Cada persona tiene la libertad de elegir”. 

Estamos constantemente maltratándonos a nosotros mismos y biodanza es un sistema de reeducación que busca que nos escuchemos

Han trabajado en Santa Fe y en Paraná en los distintos niveles educativos, como también en programas vinculados a la mujer, en situaciones complejas, y en los momentos de parto que “son fundamentales al momento de recibir al recién nacido, generando un ambiente adecuado”. 

En este momento están formando a la sexta promoción de los facilitadores de biodanza en la escuela, ubicada en el Acceso Norte de Paraná. “El primer tiempo es de sanación personal y luego hay un año destinado a aprender acerca de la metodología del armado de clases, de la fuerza de lo grupal, los movimientos. El último período es de práctica supervisada hasta que la persona comienza a dar sus primeras clases”, explicó. 

Estela y Víctor son los directores de la Escuela de Biodanza de Paraná, ubicada en el Acceso Norte. 

El 19 de abril es el Día Mundial de la Biodanza. Se conmemoraron los 100 años del natalicio del fundador, Rolando Toro. Desde la escuela lo celebraron en La Vieja Usina y el evento fue declarado de Interés Cultural Provincial. 

A modo de conclusión, la entrevistada reflexionó: “Se trata de reconectar con el recurso para trabajar con personas que están transformándose, para que busquen el goce. Estamos constantemente maltratándonos a nosotros mismos y biodanza es un sistema de reeducación que busca que nos escuchemos. Los recursos que utilizamos son la danza, la música, la metodología de la vivencia, el encuentro entre las personas, la expansión de la conciencia. Habitamos el momento presente, como lo hacíamos cuando éramos niños”.  

Para más información, se puede acceder a https://www.instagram.com/escueladebiodanzaparana/?hl=es

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