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El primer accidente de aviación en Entre Ríos

Un monumento en Aldea Sptatzenkutter recuerda las dos víctimas de la primera tragedia aeronáutica en la provincia. En 2020, el sitio se declaró de interés Histórico y Cultural.


En enero de 1928 un avión Bristol F.2B Fighter, integrante del Grupo 3 de Observación con asiento en la base aérea General Urquiza del Ejército Argentino, se precipitó a tierra con dos tripulantes a bordo. Fue el primer accidente aeronáutico registrado en la provincia y sucedió en proximidades de Aldea Spatzenkutter.

Rubén Bourlot
Especial para EL DIARIO

En la pequeña aldea Spatzenkutter, fundada por los colonos del Volga en el departamento Diamante, en la mañana del 14 de enero de 1928 los vecinos se vieron sorprendidos por el impacto de un accidente que por primera vez sucedía en la zona. Un avión había caído a tierra.
Spatzenkutter (nombre que significa jolgorio de gorriones), originalmente llamada Marienfeld, era un apacible centro urbano poblado por unos trescientos chacareros de origen alemán que tenían sus campos de labranza en la zona. Era una de las tantas aldeas que se conformaron a partir de la inmigración de 1878.


En ese enero de 1928 se producía el primer accidente aéreo de una avión militar en Entre Ríos ya que en el país hubo otras tragedias. Era sábado y un Bristol F.2B Fighter había despegado del campo militar de la base aérea de Paraná en un vuelo de reconocimiento. A bordo viajaban el teniente primero Efrain Rivero Olazábal (piloto) y el sargento primero Juan Gil Valdéz (mecánico), ambos pertenecientes al Grupo 3 de Observación con asiento en la base aérea General Urquiza del Ejército Argentino.
Los chacareros que trabajaban en los campos de los alrededores de Spatzenkutter seguramente levantaron un instante la mirada al oír el trepidar de las hélices y luego siguieron con sus tareas. Ya estaban habituados a esos vuelos que surcaban el cielo de la zona y luego pegaban la vuelta a su base.


El campo militar de aviación de Paraná había sido inaugurado en mayo de 1926 sobre un terreno donado por el gobierno de la provincia, en la zona de quintas y chacras, al Este de la ciudad de Paraná, donde actualmente se ubica la II Brigada Aérea. Su inauguración se realizó con la llegada de la primera escuadrilla de aviones compuesta por cuatro aparatos Bristol, de 300 caballos de fuerza, destinados especialmente a experiencias cercanas de reconocimiento, pues sólo tenían una autonomía de vuelo de dos horas y treinta minutos.
Aquel infausto 14 de enero a las 9 y 50 de la mañana uno de esos aviones se precipitó a tierra y fallecieron sus dos tripulantes; los ya mencionados teniente Rivero Olazabal y sargento primero Gil Valdéz.

LOOPING FALLIDO

El diario La Mañana de Paraná del 15 de enero titula la noticia referida al hecho “La venganza de Eolo” en referencia al dios griego del viento y encargado de controlar las tempestades. Según la crónica el piloto realizó una maniobra a baja altura que no pudo controlar.


El diario recupera el relato de un testigo (“una persona allegada esta casa” que no identifica). “Me hallaba a unos doscientos metros del lugar donde ocurrió el accidente, cuando vi venir volando en dirección a Diamante, un aeroplano. Su vuelo era normal. De pronto me llamó la atención la maniobra que efectuaba, que bien pronto me dio la impresión de la catástrofe. El aeroplano, después de efectuar un viraje sobre el ala izquierda, se vino de punta hacia la tierra. La caída daba la impresión de que se iba a realizar la prueba llamada ‘looping  the loop’, pero, desgraciadamente, no fue así.
“Rápidamente, ante la realidad de la tragedia –continúa- corrí hacia el lugar donde había caído el aparato.  Este se hallaba semiclavado en la tierra, quedando luego horizontal”.
“El espectáculo que se ofreció a mi vista es doloroso de describir. Sentados en sus respectivos sitios se hallaban los infaustos pilotos (…)”, detalla el testimonio.
El periódico publica también los datos biográficos de las víctimas.


El teniente primero Efrain Rivero Olazabal tenía 27 años, nacido en Buenos Aires y en ese momento ocupaba el puesto de ayudante de la Unidad. Era bisnieto del general Manuel de Olazábal que combatió con San Martín en el regimiento de Granaderos a Caballo y en el Ejército de los Andes. Años después llegó a Entre Ríos para ser edecán de los presidentes Urquiza y Derqui.
El Sargento primero Juan Gil Valdez tenía 28 años, oriundo de Tucumán. En la fecha de su muerte era el encargado de la sección comunicaciones.

OTROS ACCIDENTES

La joven fuerza aérea dependiente del ejército ya había protagonizado otros accidentes. El 19 de enero de 1913, falleció el Teniente Aviador Manuel Félix Origone en un accidente aéreo mientras pilotaba su Bleriot XI en la localidad de Domselaar (provincia de Buenos Aires). Nacido el 6 de enero de 1891 en Villa Mercedes (San Luis) fue la primera víctima de la aviación militar argentina. En su memoria, el 19 de enero de 1942 se instituyó por Decreto el “Día de los Muertos de la Aviación Militar”, conmemorado durante varios años.
También podemos agregar a la lista la muerte, el 1 de marzo de 1914, del ingeniero Jorge Alejandro Newbery en un accidente de aviación en Los Tamarindos, provincia de Mendoza. Era aviador militar con brevet otorgado por el Ministerio de Guerra.

MONUMENTO

En Spatzenkutter se levanta un monumento que recuerda el accidente y a los pilotos, ubicado sobre la avenida Alemanes del Volga en su intersección con Calle Saratov. En 2020, durante la última sesión de la Cámara de Senadores, se declaró de interés Histórico y Cultural de la provincia el sitio.


En los fundamentos de la misma se expresa que “conmemorar a estos héroes resulta fundamental para el acervo histórico cultural de nuestra provincia. Es así que la Fuerza Aérea, específicamente a través de la Segunda Brigada Aérea, otorgó el aval para declarar de interés histórico al monumento que recuerda el primer accidente de aviación sucedido en la Provincia de Entre Ríos. La Segunda Brigada Aérea adhirió favorablemente a la petición efectuada por las autoridades de la localidad, salvaguardando la historia de la comuna de Aldea Spatzenkutter y de toda la provincia de Entre Ríos; y considerando oportuno y significativo las gestiones para otorgarle mayor prestigio y jerarquía al sitio histórico.”

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