“Cáete siete veces y levántate ocho”. Así reza un proverbio japonés. Vaya si Japón es un país que sabe de caer y levantarse. De víctimas de atentados atómicos a ser potencia mundial en muchas áreas, como pueden ser las tecnológicas y del conocimiento.
Debo reconocer que hay muchas cosas que me gustan y admiro que son de producción japonesa, pero no sería el caso de este proverbio.
Yendo al mismo, se me ocurren algunas cosas:
- Es imposible levantarse más veces de las que uno cae. No hace falta más que tener un poco de sentido común o atender a lo escrito. Por más linda que suene la frase, materialmente es imposible cumplirlo.
- No por querer motivar debemos decir cualquier cosa. Mucho se ha puesto de moda el “video motivacional”, la utilización de frases inspiradoras, las charlas orientadas a generar algún tipo de emoción. Entre lo dicho y motivar hay un abismo.
- Motivar no es arengar, es mucho más complejo que eso. Con la arenga podemos llegar a “activar” a una persona o a un conjunto de ellas (grupo o equipo). Motivar tiene que ver con tener un sentido, un propósito, algo que nos lleve a movernos hacia un fin al cual deseemos llegar y pongamos nuestros recursos para conseguirlo. De hecho, el mismo término proviene del latín movere (movimiento).
- Entonces, a la motivación podríamos definirla como un “proceso que determina la dirección y la intensidad del esfuerzo”, es decir, hacia donde queremos ir y el grado de implicancia hacia ese objetivo. También determina la persistencia, ya que si aparecen obstáculos estaremos dispuestos a poner la energía necesaria para sortearlos y seguir adelante.
- No solo debemos poner el foco en levantarnos sino en todo el proceso que nos llevó a caer y en qué hacer para afrontar la caída. Aquí abrimos el juego a varios procesos claves del comportamiento y el análisis del mismo. Solo mencionaremos algunos de ellos como la autoobservación, autocritica, tolerancia a la frustración, perseverancia, resiliencia, autosuperación, replanificación de metas y reestructuración cognitiva. Cada uno es un tema en sí mismo.
- A veces, está bien quedarse abajo y aprender a estar ahí. Solo quienes conocen el sufrimiento pueden saber de superarlo. La adversidad puede ser una gran aleccionadora. Nos brinda la posibilidad de no sabernos invencibles y nos da la posibilidad de mirar hacia adentro para buscar los recursos no utilizados o mejor aún, ir en búsqueda de los necesarios para poder sortear la situación que nos afecta. Aprender a convivir con esas sensaciones nos dará un entrenamiento que en tiempos de bonanza lejos estaremos de recibir. A no tenerle miedo ni escaparle.
Hasta la próxima!
Adriel Levy (MP 1496)
Licenciado en Psicología (UCA)
Especialista en Psicología del Deporte y la Actividad Física (APDA)
Experto en Coaching Deportivo (AEPCODE)
Diplomado en Gestión del Factor Humano (UCSF)
Magister en Psicología del Deporte y la Actividad Física (SIPD)