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martes, marzo 28, 2023
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    La historia, la cultura y el espíritu reo de un barrio confluyen en “Almacen de los 33”

    Con la consigna de ser un “territorio de culturas” abre hoy sus puertas en la esquina de Ernesto Bavio y Courreges. Referencia en el ex barrio `la alcantarilla´ -Actual 33 Orientales- el anhelo del grupo que trabaja en el centenario inmueble es sumar un nuevo espacio para actividades artísticas y culturales hospitalario con inquietudes de los vecinos de la zona y de otros puntos de la ciudad.

    Carlos Marín | [email protected]

     

    Cuando esta noche, a las 20, se concrete el brindis de apertura y lanzamiento de la temporada de verano prevista en “Almacen de los 33”, un grupo de trabajadores y gestores culturales de la ciudad habrán concretado un anhelo por el que han trabajado durante todo el año.

    Con la intención de que la esquina de Bavio y Courreges se convierta en un “Territorio de culturas”, un equipo integrado por Fulvia Polentini y Marcelo Petrucci -anfitriones en la casona- y Gerardo Dayub –vecino de la zona- entre otros, comenzarán a escribir una nueva página en ese punto emblemático de Paraná. Con esa perspectiva, adelantan, esperan “abrir esta esquina con historia y arte local” a todos quienes quieran acompañarlos.

    La dimensión histórica en el emprendimiento se impone por sí misma. La construcción de la casona data de 1889. Desde comienzos del siglo pasado fue un almacén de Ramos Generales y desde mediados de la década del 20, hasta inicios de los `70, comienza a ser un centro de reunión”.

    En ese entonces se levantaba en la periferia de la ciudad, entre el caserío disperso, ya cercano al arroyo Antoñico, un accidente natural que señalaba un límite geográfico.

    Luego, con el tiempo, el lugar se convirtió en territorio de Pasaje y “desde los 40 del siglo pasado fue la antesala de san Agustín”, cuenta Dayub, quien se reconoce como un `nacido y criado´ en lo que conoció como `barrio la alcantarilla´.

    “Era una zona con espíritu carnavalesco, u barrio `reo´, antesala de piringundines”, rememora el arquitecto y gestor cultural que ha rescatado mucha información  que aún preservan viejos vecinos de la zona.

    Fulvia Polentini, Gerardo Dayub y Marcelo Petruci, caras visibles de un equipo que ha insuflado nueva vitalidad al “Almacen de los 33”. Foto: Gustavo Cabral. EL DIARIO.

    “Queremos recuperar el encuentro con la gente y con una multiplicidad de actividades que están en el potencial de la gente, de lo que quiera hacer y lo que podamos brindar”, explica con entusiasmo desbordante y contagioso.

    Por esto es que la propuesta es construir un centro cultural barrial abierto a la gente y hospitalario a la producción y el trabajo artístico, a una pluralidad de disciplinas, enfoques y abordajes.

    Para lograrlo, los impulsores de la iniciativa cuentan con un relevamiento contundente: más de 50 artistas activos actualmente habitan la zona de influencia de este “territorio de culturas”.

    Para Polentini, “la casa tiene un poder de convocatoria enorme porque los vecinos tienen referenciada a esta esquina singular por arquitectura, por la amplitud de las aceras y por el arbolado que la enmarca”.

    IDENTIDAD

    Durante muchos años el inmueble estuvo cerrado. “Queremos recuperar aquel espíritu que caracterizó durante décadas a la casa y a futuro transformarla en un centro que posibilite el desarrollo cultural en sentido amplio y artístico de esta barriada”, añadió la artesana.

    “Apostamos a eso”, agrega Dayub que en su recorrida histórica menciona sitios de referencia como el ex Mercado central La Paz, la escuela Enesto Bavio, el Cine Bavio, y las vías del ferrocarril.

    Uno de los anhelos es que el espacio de la esquina se convierta en una zona de pasaje y vidriera de exposición para conectar el exterior con lo que se genera en el interior del multiespacio cultural. Foto: Gustavo Cabral. EL DIARIO.

    Desde este enfoque, el perfil del espacio se construirá a partir de la identidad barrial como un modo de rescatar la historia y también proyectar el presente al futuro.

    Dayub aclara que “no es una identidad de nostalgia, no se trata de mirar sólo hacia atrás y de la historia que posee los propios vecinos, los memoriosos. Lo que queremos es que desde esa historia que se construye y que uno carga como conocimiento –sobre todo pensando en los jóvenes del barrio- para poder compartirlo en una mirada hacia el futuro”.

    Polentini, Petrucci y Dayub coinciden en que esperan que el lugar “tenga una dinámica que prospere de manera que contribuya a desarrollar la actividad cultural y creativa del barrio y para toda la ciudad a partir de todo este patrimonio histórico barrial”.

    “No arrancamos ayer, sino que tratamos de re eslabonarnos a una cadena que se cortó hace muchos años y que ahora, a partir de las refacciones del lugar, abre una oportunidad para continuar con ese legado, pero tomando las iniciativas y las innovaciones que la vecindad y los jóvenes pueden aportarle al lugar”, reflexiona Dayub.

    ESPACIOS Y PROGRAMAS

    La casona, cuya fachada se mantiene casi sin cambios desde su construcción, consta de tres plantas. Con una intención de versatilidad el grupo plantea que pueden desarrollarse distintas actividades. En el acceso se ubica el taller de vidrio y cerámica a cargo de Fulvia Polentini y Marcelo Petrucci.

    “La esquina era mucho más que nuestro taller, y el lugar daba para mucho más. Así proyectamos la idea de organizar este espacio para que otros artistas del barrio, la ciudad y otras localidades pudiesen mostrar su trabajo”, agregó Polentini.

    Un ingreso secundario permite el ingreso a la planta superior en la que se ha dispuesto un espacio para actividades diversas (reuniones, conversatorios, muestras, exposiciones, presentaciones, talleres, actividades performáticas, etc). También existe la intención de ubicar allí una biblioteca dedicada a la ciudad y la historia de sus barrios.

    Finalmente la terraza es un ámbito solariego, en el cual, se entusiasma el equipo, podría “proyectarse cine al aire libre”.

    En la programación apertura para este fin de semana, viernes, sábado y domingo habrá espectáculos de danza, música y stand up. La propuesta se reiterará luego de Navidad, el sábado 26 y domingo 27 del corriente mes.

    Posteriormente la idea es que puedan concretarse muestras de artistas plásticos del barrio. Y en enero la intención es desarrollar otro programa “que hemos llamado `Esquinas con historia´”, completa Dayub.

    Asimismo las tres jornadas debajo de las inmensas tipas de la esquina se dispondrán mesas con un servicio de gastronomía ligera y cerveza, a cargo del colectivo `Parientes del Bar´. Para evitar aglomeraciones se sugiere reservar al 343-4068023.

    APUESTA AL REENCUENTRO

    “A mi generación la configuró el espacio público”, asevera Dayub. Y recuerda: “Viviamos en la calle, que no tenía la connotación negativa que se le suele dar actualmente. Para mí la calle fue una escuela de integración. Aprendí a jugar, a vincularme con los otros”.

    Con ese antecedente, en un año tan particular por el aislamiento “la invitación es volver a encontrarnos en este tipo de espacios presencialmente con otros”, agrega el director teatral para quien “el espacio público –como el que involucra Almacen de los 33-  se resignifica a partir de lo que uno puede hacer en él junto a otros”.

    “Estamos inventando siempre. Y esto es un nuevo intento”, afirma el ex Secretario de Cultura de la comuna. Y concluye: “Esto de la actividad cultural es lo que nos ha impulsado y nos ha dado satisfacción. Hoy, con este nuevo emprendimiento siento las mismas energías que tuve cuando emprendí otro tipo de trabajos ligados a lo social, a lo participativo, al encuentro con la gente que es muy importante”.

     

     

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