Por Juanchi Ottado
No hay mejor sensación que estar enamorados. Las cosas tienen otro color, nos sentimos flotar en el espacio como si estuviéramos en el Apolo XIII (pero sin Tom Hanks y sus problemas con Houston), todo nos sonríe y no queremos que el tiempo pase sin estar con nuestra persona favorita.
Ahora, en el verano con 40 grados de térmica… ¿pasa igual? Obviamente el sentimiento no cambia, las ganas duran y el corazón late con las mismas fuerzas… Pero un poquito más lejos, estaría mejor.
Te invito a vos que estás leyendo a que pensemos juntos. ¿Da para ir abrazadísimos caminando por la Costanera a las 3 de la tarde? Capaz que no… me parece. Ni siquiera de la mano, que transpira y te da la sensación de que la mano bella y suave de tu amor se transforma en un surubí recién sacado del rio.
El amor de verano arranca después de las 19, por lo menos, cuando empieza a bajar el sol. Salvo que tu amor tenga pileta, aunque sea de lona, o aunque sea una manguera en la terraza, con heladerita llena de cerveza o jugo frio para tereré.
Si no, te mando whatsapp desde casa, con el aire acondicionado a 18 grados (que no me lea el intendente!) y tirado en la cama. No es que en el verano no te quiera…Solo hay algunas condiciones nomás…
Y muchas de estas situaciones son culpa de Hollywood. Si, es así. Los amores no son como en las pelis, en las que un Brad Pitt o un George Clooney llegan de correr por la playa, y su chica los espera para tener un momento íntimo, en el que parece que el actor transpira perfume francés, la ropa mojada está en perfecto estado, su pelo mojado y despeinado le queda muy sexy y las medias y zapatillas huelen a aromatizante fragancia Secretos de Bebé, con aliento a mentol y lavanda, dándole el marco ideal. ¿De verdad?
Yo llego de correr, y mi mujer me mira como si fuera el Abominable Hombre de las Nieves; mi ropa mojada y mi aspecto me hacen parecer a un búfalo. Todo desaliñado, el pelo completamente hecho un desastre, con la cintura y las rodillas en estado lamentable, y oliendo a jaula de los leones del zoológico. Nada más lejos de las fantasías de las películas.
El verano es una muy mala estación para una primera cita. ¿Cómo nos vestimos para la ocasión? Cualquier ropa que elijas, va a demostrar que tu capacidad para mojarte la camisa es directamente proporcional a las posibilidades de que la persona elegida te quiera seguir viendo.
Además, ¿cuál sería la opción para esto? ¿Citarla a las tres y media de la mañana? No creo que sea la solución. El verano atenta contra el amor físico, con el roce, con estar pegados.
Dormir en pareja en verano sin un aire acondicionado o un ventilador, es como caminar sobre las brasas vestidos con una joggineta, buzo de frisa, bufanda y gorro de lana.
En el verano caduca la temporada de dormir haciendo cucharita, con tu brazo debajo de su cabecita, que después de seis horas de sueño pierde sensibilidad y se va poniendo morado por la falta de circulación. Y no podés sacarlo, porque ya no responde a tu cerebro.
La verdad no sé cómo hacen en Egipto o Emiratos Árabes para ponerse de novios. Desconozco los métodos de refresco que usan. Pero en este lado del hemisferio, el verano nos hace plantear estas cuestiones.
Sé que algunos pueden pensar que soy exagerado, que soy un descorazonado, o que debo ser un solterón. Pero no es así. En esto coincidimos con mi mujer (ya pasamos 12 veranos juntos), y ni de casualidad nos acercamos en verano.
Mantenemos nuestra distancia social de verano obligatoria, también conocida como DISVO. ¿Será por eso que seguimos juntos? Quién sabe.
Por lo pronto en ese sentido, creo que me va mejor que a Pitt o a Clooney. Encontrar a quien soporte tus veranos no es tan fácil. Pero tampoco tan complicado.
El secreto está en aceptar los climas que nos tocan y actuar en consecuencia. O mudarte a Alaska. Alguna esquimal libre debe haber.
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