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Historias de gente común y a la vez, extraordinaria

En sus relatos, Juan Carlos Gallego aborda sin rebuscados arabescos literarios, la vida cotidiana a través de los avatares de personajes representativos de la idiosincracia regional.
En sus libros Héroes Diarios (o Diario de héroes) y No fue tan así, Juan Carlos Gallego recupera historias de la vida cotidiana. Cercano al costumbrismo, en ambos volúmenes presenta una serie de personajes y situaciones en cuentos y relatos en los cuales deja siempre una puerta abierta a la esperanza y la sonrisa.

El estribillo de Héroes Anónimos, canción pop de la década del 80 que en la voz de Isabel de Sebastián impuso el grupo Metrópoli -y fue reversionada una década más tarde por la banda Catupecu Machu- es la llave para el ingreso al mundo que Juan Carlos Gallego propone en Héroes diarios (o Diario de héroes). El texto de la canción, que refleja un sentimiento común en el habitante de una gran ciudad, expresa: “Todos somos héroes anónimos,/guerreros en este lugar,/peleando con el corazón,/combatiendo tanta soledad.”

En este libro, el actor, director teatral y dramaturgo, entrega al lector una serie de 16 relatos. En cada uno de ellos rescata el protagonista de una historia, una persona común que por imperio de las circunstancias logra elevarse por sobre la media general. Y hace que su existencia cobre sentido por un suceso fuera de lo ordinario. Héroes, aunque más no sea sólo por un día, parafraseando la letra del tema homónimo de David Bowie. O tal vez, porque no, para siempre.

Héroes Diarios (o Diario de Héroes) resultó ganador del Premio del Salón Municipal Literario en su edición 2010 y significó el espaldarazo definitivo para Gallego, quien ya había sido premiado en otros certámenes literarios, como el de la Biblioteca Popular.

Dramaturgo, autor de 14 obras obras teatrales, en este libro -publicado por Editorial Fundación La Hendija-  presenta una galería de personajes que incluye en una serie de `postales´ en las cuales da forma a seres queribles. Seres que espejan los millones de historias mínimas -pero valiosas por su singularidad- que se reiteran cada día en la ciudad.

El sarcasmo o la ironía, dosificados con destreza, resultan en estas páginas una estrategia eficaz para pasar los tragos amargos que la realidad presenta. En ese sentido, Gallego es un cultor acendrado del humor, que sostiene en su trabajo como dramaturgo.

Es que la vida sin humor no sería tal, parece sostener este autor, galardonado en el `Certamen Nacional de Obras de Teatro de Humor, Fiesta del Cigomático Mayor´, que se lleva a cabo con el auspicio de Argentores, el INT (Instituto Nacional de Teatro) y la Secretaría de Cultura de La Pampa.

A ese rasgo que caracteriza su narrativa, se suma el giro imprevisto en el relato -a veces rozando lo inverosimil- aunque se sabe, todo es lícito en el terreno de la creación literaria para atrapar al lector.

En las 157 páginas de Héroes Diarios (o Diario de Héroes) se despliega un collage de emociones que expresan el carácter de las diversas personalidades de quienes protagonizan sus cuentos. Uno de esos personajes es Pachamé, protagonista de la emotiva historia con que inicia la serie de 16 cuentos en las cuales se suceden tantos personajes como mundos posibles: detectives, docentes, médicas, criminales, locos, historias de gente común, de héroes de Malvinas que lloran. Queribles algunos, atorrantes otros.

FÓRMULA PROBADA

En cada caso, el cuento, como flecha que va directo al blanco, alcanza su destino sin demasiadas distracciones. La clásica fórmula presentación-nudo-desenlace, ha sido empleada con solvencia por el modo de enhebrar las acciones, que se eslabonan en una cadena que las hace verosímiles.

El estilo de Gallego aparece a pleno para el lector al abordar también los relatos de No fue tan así, volumen de 145 páginas que dio a conocer en 2017. En este libro presenta 22 cuentos en los que trabaja con el esquema planteado en Héroes anónimos.

Aparece en ellos un elemento que identifica la literatura de provincia: el relato costumbrista. Para ello toma elementos que lo acercan al estilo de narradores consagrados como Luis Landriscina. Así, Gallego se detiene para enfocarse en detalles significativos. Al hacerlo subraya los aspectos que agregan interés a cada situación. Y se esmera en los remates con los cuales resuelve cada historia.

Pero en esta serie de narraciones, más que el final importa el camino que se recorre. Es decir qué se cuenta y cómo se lo hace. Aunque en ciertas situaciones, como Santa Marta, que concluye la serie, el final sea impactante.

Héroes Diarios (o Diario de Héroes) y No fue tan así integran a la narrativa regional a Juan Carlos Gallego desde un lugar que no ha sido muy transitado. Acaso el nombre de Rubén Bitz y el grupo de autores que acompañaron la revista Panza Verde, o el santafesino José Ignacio Serralunga sean compañeros de ruta en el delicado y complejo arte de contar la vida cotidiana, reflejándola en sus matices a través del cristal del humor. Que comprende también el llanto, como las máscaras clásicas del drama y la comedia.

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